El socialista que ganó las elecciones catalanas, Salvador Illa, logró ayer que cien jóvenes de ERC aceptaran el acuerdo de sus mayores y permitieran a su representante en el Parlament, Mar Besses, votar a favor de la investidura. Una pequeña comedia de enredo que se sumaba a las “amenazas” de regreso de Carles Puigdemont y la desesperación de Junts, que ve cómo su estrategia de impedir a toda costa la elección, para llevar de nuevo a Cataluña a una repetición electoral, fracasa.