21 de noviembre de 2024
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Para nuestra desgracia como país, los dos españoles más representativos que tenemos en Europa ya han demostrado y con creces que saben mentir, mal, pero les da igual
Se conoce muy poco de las pasiones literarias de Pedro Sánchez, es verdad. Sí se conocen y mucho sus pasiones políticas. Y si mezclamos las dos puede que, para sorpresa de muchos y confirmación para unos pocos, nos encontremos con un médico nacido en San Sebastián a finales del siglo XIX y que fuese a morir en Madrid a mediados del XX. Se llamó Pio Baroja y en 1910 escribió la primera de las tres que componen su trilogía sobre las ciudades. La título “Cesar o nada”y su protagonista encaja como un guante en nuestro presidente del Gobierno.
Sin el problema de la sanidad Isabel Díaz Ayuso tendría asegurada su continuidad en la presidencia de la Comunidad de Madrid. Las cifras de las últimas elecciones lo demuestran. Ayuso venció en todos los municipios menos en dos muy pequeños. Esas cifras pueden cambiar si, como estamos viendo, la sanidad es ya un arma cargado de futuro para la izquierda. Cambiémos sanidad por poesía y tendremos los versos de Gabriel Celaya, pero no parece que entre los cientos de miles de manifestantes que inundaron la plaza de Cibeles se mencionara la poesía.
Todas y cada una de las razones que ha dado Ramón Tamames para subir un día a la tribuna de oradores del Congreso ( tanto si lo hace como si no ) están basadas en el más importante de los principios de la Democracia, la libertad. Libertad para pensar, libertad para elegir, libertad para criticar y libertad para ofrecer otros caminos a los conciudadanos. Esa misma libertad que tiene Ione Belarra para ponerse o quitarse el sujetador cuando quiera, dónde quiera y por las razones que quiera. La libertad no depende de la edad, ni del sexo. Y cuando se ataca esa libertad se está atacando la esencia misma de la Democracia.
¿Puede un pueblo con tres habitantes tener alcalde?. Si contesta que no, se equivocará. Puede, y de hecho lo tiene. Es más, el cargo lo tienen en “ propiedad” desde las primeras elecciones municipales de la Democracia una familia, los Renilla, que son del Partido Popular. El pueblo se llama Ilán de Vacas y está en la provincia de Toledo. El pasado diciembre, el último representante de la familia, que vive en Madrid pero con sus negocios en Majadahonda, se acercó a la capital a pedirle a José Luís Martínez Almeida que le ayudara. El alcalde de la capital le dijo que sí. Se marchó con sus quejas contra la Junta de Emiliano García Page y en esas estamos a la espera del 28 de mayo.
El presidente del Partido Popular ya tiene a sus dos “ex-jefes” apoyándolo. Desde este fin de semana en Valencia la derecha española, la económica y la social, ya ha recibido el mensaje político que esperaba. Nada de divisiones, todos a una contra el “Frankenstein” creado por Pedro Sánchez para gobernar. Digerido casi por completo Ciudadanos queda “por libre” el insurgente Vox de Santiago Abascal, que ya no podrá hablar de la “derechita cobarde”. José María Aznar está al otro lado de la red y lo que valía con Mariano Rajoy y Pablo Casado no vale con el gran refundador del partido.
En el Partido Popular de Madrid manda Isabel Díaz Ayuso. Manda en todo con pleno consentimiento de Alberto Núñez Feijóo, que no tiene más remedio que aguantar la fuerte posición de la presidenta madrileña no sólo en su territorio y en el seno del partido, también su cuidada y fuerte imagen en toda España. Si existían dudas acerca de su temperamento y su voluntad para dirigir al PP en la Comunidad, la “no negociación” pero si los contactos de la vicealcaldesa Beñoga Villacís con Elias Bendodo lo han dejado muy claro.
Si de algo estamos cansados en este inicio de 2023 es de la crisis en, de, por... y todo el resto de preposiciones que quieran ponerse delante de dos nombres: Cataluña y Puigdemont. Nos asaltan casi todos los días, a todas horas, en todos los medios de comunicación grandes y pequeños. Nos abruman con declaraciones, informaciones, opiniones, resoluciones.
Desde hace un año Ucrania recibe un castigo muy duro, que va a dejar una huella macabra y casi imposible de olvidar en su futuro, esa fecha sin calendario final pero que hará que el país que conocían sus habitantes antes del 20 de febrero de 2022 en nada se parezca al que mirarán cuando llegue la paz, que llegará, de eso no caben dudas, y que certificará varias derrrotas a la vez: la de la evidente guerra civil en la que ya estaba Ucrania en 2014; la de la monetaria y cegata Europa; la de la ineficaz y absurda ONU; y la de las nuevas y viejas potencias militares que habrán dejado en el olvido las consecuencias de la II Guerra Mundial.
Se nos echan encima las urnas de mayo y llegan con tanta violencia que amenazan con dejar muertos y heridas por todo el espacio público, como si la España política se quisiera parecer, trístemente, a la Ucrania en guerra y el frente de combate se extendiera por cada uno de los ocho mil ciento doce municipios que conforman el tejido básico de este país. No hay día que no se ataque con ferocidad al contrario, que se llame golpista al presidente del Gobierno o asesina a la presidenta de la Comunidad madrileña o capitalista sin escrúpulo al presidente de Mercadona.
La presidenta de la Comunidad ya es “alumna Ilustre” de la Facultad de Ciencia de la Información de la Univeridad Complutense, gracias al largo dedo del rector Joaquín Goyache, pero dentro de la normative de la propia Facultad. Los ataques desde todo el ámbito de la izquierda han sido constantes desde que se hiciera pública la decisión, ocultada al menos durante quince días por el propio rectorado. Nombramiento político y respuestas políticas, que no académicas.
La auténtica pesadilla de toda la España que está en contra de Pedro Sánchez tiene una fecha escrita en la propia Constitución Española, concretamente dentro de los Títulos III y IV y en los apartados que con tienen los artículos 68 y 99. La aplicación exacta de los mismos le pemitiría al presidente del Gobierno seguir en La Moncloa hasta el verano de 2024. Suena a disparate pero la posibilidad legal existe y está en manos del presidnete del Gobierno.
Toda la base argumental del manifiesto de los 255, periodistas, empresarios y sobre todo ex ministros del PSOE contra el actual Gobierno de Pedro Sánchez está en una única palabra, que define todo el resto . “Iliberal”, o lo que es lo mismo un régimen que parte de un proceso democrático como son las elecciones pero que no respeta los límites constitucionales, ni las libertad es individuales.
Recuperadas por Núñez Feijoo aparecen de nuevo en la escena política los restos del naufragio del PP en el año 2018. Ya antes, las dos mujeres que utilizó como un moderno Pigmalión estaban condenadas a matarse. Sucedió y el tercer hombre, que era Pablo Casado alcanzó una presidencia en el partido que, a su vez, estaba también condenado a perder. Se trataba de limpiar el gran sillón de la sangre derramada un día de junio.
Tienen orígenes e historias políticas y personales diferentes. La música que escuchan en común tiene origen cubano y es obra de Pablo Milanés. Un pequeño fragmento: “ mi soledad se siente acompañada/ por eso,a veces sé que te necesito”. A ninguno de los dos le gusta pero no tienen más remedio que sonreírse, abrazarse, alabarse e intentar que el PSOE, su partido, gane en las elecciones o, si pierde, que lo haga por la menor diferencia de votos y escaños posibles. Pedro Sánchez se juega seguir mandando y la vicepresidenta seguir en su puesto como imprescindible para sumar mayorías parlamentarias.
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