Desde su máximo de mayo, el euro ha perdido con el dólar más de un 10% sin apenas correcciones. Según la tercera Ley de Newton, por cada acción hay una reacción igual y opuesta. De momento no ha hecho asomo de aparición, pero tendrá que hacerlo. Es difícil que los inversores se alejen de la expectativa de que la moneda comunitaria continúe debilitándose frente al billete americano.