Dos escándalos salpican a Chacón en Baleares
jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
Dos escándalos militares sacuden a las Islas Baleares, por si no tuviera poco con los casos de corrupción política. En ambos casos ha tenido que ser la prensa la encargada de sacarlos a la luz, lo que demuestra la poca vigilancia interna que se practica en Defensa. El primer asunto, tiene que ver con el uso indebido por parte de los militares de varias aeronaves, un helicóptero y un avión utilizados para recoger presuntamente a varias personas invitadas a una boda que se celebró en la iglesia de Sant Francesc de Formentera.
El helicóptero tomó tierra junto a la playa de Migjorn cerca del Gecko Beach Club, el establecimiento donde se ofreció el banquete de boda y donde se alojaban parte de los 150 invitados, según asegura el Diario de ibiza, que afirma que el novio era un oficial del Ejército del Aire que ha estado adscrito al Servicio Aéreo de Rescate.
Los hechos transcurrieron los días 22 y 23 de mayo, sin que hasta el momento Defensa haya podido aclarar lo sucedido, a pesar de que fue un hecho que pudo presenciar cantidad de gente tanto en Ibiza como en Formentera, además del personal militar del 801 Escuadrón de la Fuerza Aérea con sede en Son Sant Joan (Mallorca)
El otro caso, aireado por El Confidencial Digital, hace alusión al uso de una residencia militar para alojar durante el verano a la hermana de la Princesa de Asturias Leticia Ortiz, después de que se considerara improcedente que se alojara en el Palacio de Marivent.
Telma Ortiz, única hermana de la princesa de Asturias, vive en el verano en las instalaciones de la residencia militar de Pollensa (Mallorca), situada en el norte de la isla. La residencia depende del Ejército del Aire, y su utilización, en principio, está limitada a los miembros del Ejército del Aire y sus familias. Disfruta de una privilegiada situación natural, con playa privada, en una de las franjas litorales más cotizadas de la isla. Eso hace que sea muy demandada por los militares y sus familias, por lo que, en la práctica, se adjudica sobre todo a mandos del Ejército de alto rango. En alguna ocasión ha sido también frecuentada, como gesto de cortesía, por agregados militares de embajadas en España.
La residencia militar de Pollensa está enmarcada en el recinto de un aeródromo que cumple varias funciones: hay medios apagafuegos, tradicionalmente ha sido punto de repostaje de hidroaviones y, asimismo, es lugar en el que se imparten cursos y se hacen prácticas de la Escuela de Salvamento Marítimo.