Semana del 30 de marzo al 5 de abril de 2010


Jaume Matas/ La muñeca del ex presidente
Elena Salgado/ El “calvario” de Zurbano
Francisco Alvarez Cascos/ Vuelve a la política activa
Grande Marlaska/ Un auto de Semana Santa
Benedicto XVI/ El via crucis de la pederastia
Antonio López/ Regreso a la Gran Vía
Santiago Martín “El Viti”/ Tiento a la Fiesta Taurina

 

Jaume Matas/ La muñeca del ex presidente

He seguido su calvario por los juzgados, y he leído el auto en el que el juez le concede menos credibilidad que a Judas. En Mallorca era vox populi que su tren de vida no se correspondía con sus ingresos. Lo fácil es pretextar una herencia, como hizo Roldán en su día para justificar la proliferación de pisos y propiedades inmobiliarias. El ex presidente ya ha reconocido al menos un delito: el de no declarar a la Hacienda pública los dineros con los que hizo algunos pagos “en negro”. Conocí a Matas cuando era ministro de Medio Ambiente. Diría que Matas era hombre simpático, de una simpatía elaborada, como de vendedor. No presentaba aristas ni dotes geniales, cuidaba su aspecto hasta el último detalle, era pulcro en la apariencia, diríase incluso que atildado, y recién planchado. El único detalle que llamaba la atención era su reloj, un peluco de pulsera lujoso, ostentoso. Es curioso ver la cantidad de servidores públicos que se delatan por sus relojes, con brillantes dorados. Uno de los signos más evidentes de la austeridad es llevar uno de esos cronómetros digitales de todo a cien. A Matas, me consta, más de uno le otorgaba el dudoso privilegio de la sospecha por las joyas que lucía en su muñeca.

 

Elena Salgado/ El “calvario” de Zurbano

Otra cruz es la de la ministra de Economía, que no tiene nadie con quien hacerse la foto. Al PP no le interesa aparecer como el salvavidas de la economía nacional en una imagen que no sirve para nada. A los catalanes de Convergencia les parece indecoroso prestarse a una pantomima en la que no creen. Y a Elena Salgado no le quedan argumentos para convencer, ni medidas que proponer para que la oposición se acerque al palacio de Zurbano. Salgado ha tenido esta semana pasada su propio calvario, con un Zapatero que ha meditado dar un golpe y ponerse duro, capaz de prescindir de una ministra que ni vende el pescado, ni sabe defenderlo en el Congreso de los diputados. Echar de menos a Solbes no sirve de nada. Todos saben en el partido que el diseñador de la política económica es el presidente, y los demás son tan solo actores, pobres actores que hacen aspavientos en la escena en función de lo que diga el jefe.

 

Francisco Alvarez Cascos/ Vuelve a la política activa

Regresa el hombre que fue secretario general del Partido Popular con Aznar, el vicepresidente que fue la primera base en la que los populares cimentaron aquel gobierno de mayoría frágil, cuando circulaba la teoría de la causa breve: un gobierno que sería imposible de administrar, que terminó por ser el mejor de los que presidió José María. Álvarez Cascos se aburre, y hay muchos que le echan de menos, y otros tantos que le piden que vuelva porque dicen que en el PP de hoy falta liderazgo, faltan arrestos para  contestar al Psoe con los mismos modos y las mismas armas que manejan ellos. Y Francisco Álvarez Cascos se lo ha pensado y está dispuesto a dar el paso de regresar a la política por el mismo lugar por el que entró, que no es otro que Asturias, donde algunos no le quieren y donde otros le añoran. Me pregunto si habrá más casos como el de Cascos, de gentes de la vieja guardia aznarista, de dirigentes de los tiempos de gloria que animados por los cantos de sirena de los nostálgicos, de los que creen que aquel tiempo pasado fue mejor, están dispuestos a dar el paso de dejar su vida aburrida y sin alicientes para darle al proyecto popular un poco de la vitalidad que en otro tiempo tuvo.

 

Grande Marlaska/ Un auto de Semana Santa

Aplaudo el trabajo del juez Grande Marlaska, que en plena Semana Santa se ha marcado un auto de los que tienen relevancia y repercusión en la lucha contra el terrorismo. Y lo ha hecho sin ruido.  El juez ha firmado un auto en el que demuestra las conexiones de la banda con la Cuba de los Castro. El enlace era el abogado Joseba Agudo, enviado a prisión comunicada y sin fianza que le libre de la cárcel. Agudo hacía de enlace entre los pistoleros que se esconden en Francia y el régimen de La Habana. Sus  visitas eran habituales. Tanto que en algún momento los funcionarios cubanos le llegaron a pedir que aplazara  un viaje porque no era conveniente que le vieran por Cuba en alguna circunstancia concreta. Eta ha cambiado Francia por el Caribe. Es menos práctico para venir a España a matar, pero en Cuba y en Venezuela han encontrado los únicos países que hoy están dispuestos a albergar terroristas, darles trabajo y empleo público.

 

Benedicto XVI/ El via crucis de la pederastia

Arrecian los temporales contra la Iglesia. Ratzinger, que vino para mantener un diálogo de altura entre la religión y el mundo de la cultura, se ha visto embarrado en la defensa de la institución contra los pecados de los sacerdotes. La pederastia ha salpicado a la Iglesia con una mancha sucia, que amenaza con segar la credibilidad de los pastores católicos. Dicen en Roma que el Papa está triste, incluso deprimido. No entraba en sus planes el tener que navegar en este mar tan turbio. Pero ya se sabe que Dios dispone los caminos a su antojo. Benedicto XVI ha sido valiente en la reacción, contundente en el castigo, y claro en la asunción de los errores. Pero parece que esa conducta se vuelve tibia cuando los ataques se han dirigido hacia el Papa y a su hermano George, en el tiempo en que tuvieron responsabilidades en la diócesis de Ratisbona. No sirve de mucho desviar el disparo, alegar que se trata de ataques similares a los sufridos por los judíos.

 

Antonio López/ Regreso a la Gran Vía

Camino por la Gran Vía en este día insólito en el que la gran herida abierta en el viejo Madrid aparece soleada, vacía de coches, llena del Rey Juan Carlos que viene a celebrar  el centenario de esta avenida que inauguró su bisabuelo. La Gran Vía, “real como una enfermedad”, es la entrada de Madrid en la modernidad, es la réplica española a las grandes urbes de aquel tiempo optimista, al futurismo de las ciudades de la “rebelión de las masas” de Ortega. El que mejor ha comprendido la Gran Vía es Antonio López con su pintura del detalle, con su visión mística de la luz. Aquel López que en los años ochenta pasaba el amanecer de los días de verano en el cruce de la avenida con la calle de Alcalá, a la altura del número uno, vio una madrugada que el hombre madrileño había creado un espacio, una herida, una fisura, un acantilado, que era por sí mismo un paisaje, sin necesidad de llenarlo de automóviles y de gentes, de señores de provincias o de chicas de cabaret. Al retratar la Gran Vía con su arte minucioso nos hizo ver que la calle escondía una realidad diferente, y la hizo universal. Quizá es la imagen más repetida y amada de esa calle tan bulliciosa, tan madrileña.

 

Santiago Martín “El Viti”/ Tiento a la Fiesta Taurina

Creo que vivimos en un tiempo en el que la corrección política se ha subido al carro salvaje de la soberbia y amenaza con arrasar algunas obviedades y unas cuantas costumbres y tradiciones que están en las señas de identidad de lo español, nos guste o no. Como veo mucho memo salido de madre, crecido y jaleado por los suyos, creo que merece la pena subrayar las palabras de Santiago Martín, más conocido entre nosotros como El Viti, aquel torero fino y serio, cualidades que encierra la elegancia, que ha dicho que los que de verdad necesitan quién les defienda  son los que se oponen a las corridas de toros, los que quieren prohibir la fiesta. El Viti, recuerdo que fue mito de nuestra infancia era hombre de pocas palabras. Pues bien, a El Viti le ha bastado un pase para lidiar al morlaco de los que quieren abolir, prohibir, desterrar, expatriar a los toros y a los toreros. Celebro la frase como si fuese una media verónica.

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