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Regreso a la disciplina

El relevo en la dirección del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de Alberto Saiz por el teniente general Felix Sanz Roldán, suscitó, por la forma y por el fondo, no poca polémica, que al paso del tiempo, poco, se fue apagando como una vela. Una de las cosas más curiosas del relevo son la razones de la “dimisión” del saliente y la elección del entrante, que supuso un gesto de autoridad de la ministra Carme Chacón al estar llamado el teniente general Sanz Roldán nada menos que a asesorar al presidente Zapatero en la UE en asuntos de Seguridad y Defensa. Y también, no hay que olvidarlo, el hecho de que se trate de dos hombres a los que José Bono, hoy presidente del Congreso, aupó a puestos de altísima responsabilidad en el Estado.
Así, cuando José Bono llegó al ministerio de Defensa, impuso el nombramientos de uno de sus hombres más fieles en Castilla – La Mancha en la dirección del CNI y este hombre se tuvo que enfrentar a situaciones harto delicadas como fueron la expulsión de un sargento del centro por espiar para los rusos. La comparecencia del director del servicio para exponer la situación sorprendió en todos los servicios secretos del mundo y, como no , molestó a los rusos.

Luego llegaron los movimiento de personal con destituciones, relevos y cambios en meses que poco decían del equilibrio que debe mostrar un servicio secreto y no digamos del caso de los aviones espía de la CIA y de la opacidad del CNI a las demandas de información sobe ese asunto por parte de la UE.

Más tarde vinieron los ataques sobre las aficiones de Saiz a la caza y a la pesca y hasta tal punto llegó la cosa de que dos meses después de ser confirmado en su puesto, se aceptó su dimisión. Tal vea será porque, lo trascendido en la prensa sea una pequeña parte desafortunada en comparación con la labor de uno de los mejores servicios de inteligencia europeos – y el CNI lo es, sobre todo en el mundo árabe - lo que se ha cobrado esta víctima.

En cuanto a su sucesor, el teniente general Félix Sanz Roldán, su trayectoria es magnífica en toda su carrera militar y, sobre todo en los últimos años. Dijo en cierta ocasión, referidas sus palabras al CNI y sus problemas internos, que no se puede ascender dos escalones de golpe. Olvidó el alto militar que José Bono le había saltado de general de División a general de Ejército, para que alcanzará el más alto puesto del escalafón: Jefe del estado Mayor de la Defensa.(JEMAD)
En todo caso, la mayoría de los líderes políticos y de los analistas han considerado un acierto el nombramiento de Sanz Roldán en el CNI, un centro que necesita limpieza y nueva organización, tarea que un militar, de perfil democrático clarísimo y de bajo perfil político, puede desarrollar sin despertar los recelos que un hombre llagado del mundo de la política.

Los servicios secretos españoles, que con luces y con sombras han mantenido un excelente nivel en las últimas décadas, han tenido recientemente una muy buena actuación en el caso del secuestro del atunero Alakrana - lo de que fueron engañados por los piratas suena a película de espías -y que, como siempre que en este ámbito, las cosas salen bien, no ha tenido la trascendencia que merecían. Pero las operaciones de los servicios de inteligencia, y así debe ser, son discretas, tanto para alcanzar sus objetivos, como para recibir laureles.

El papel que pueda jugar su nuevo director está todavía por ver, aunque las referencias son de muy alto nivel, al haber tenido que navegar con éxito, en las procelosas aguas de la política de Defensa internacional y nacional desde su cargo de Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).

El primer “sapo” con que se ha desayunado, después de algunas acusaciones interesadas por la tímida e inicial reorganización del Centro, ha sido la citada actuación de sus agentes en el secuestro del Alakrana. Creo honestamente que el Gobierno ha estado perfectamente informado de lo que sucedía y con elementos de juicio, que le facilitó el Centro Nacional de Inteligencia, para tomas sus decisiones. Otra cosas es que éstas hayan sido acertadas o no o estén, incluso, envueltas en cierta oscuridad.

Nos encontramos, entonces, con un hecho concreto: en los últimos años, y los que nos quedan, dos hombres de José Bono han dirigido y dirigen los servicios de Inteligencia del Estado, lo que proporciona al presidente del Congreso una capacidad de información de altísimo nivel que él debe administrar con inteligencia y responsabilidad, pero no hay duda de que esa capacidad de información, efectivamente, la tiene.

Aunque hay matices. El teniente general Sanz Roldán es un hombre agradecido al ex ministro de Defensa, como es lógico, pero sus relaciones con el presidente del Congreso no llegan a ser tan “intimas” como las de su predecesor y, además, Sanz Roldán sabe moverse en las procelosas aguas de las altas instituciones del Estado con fluidez, como ha demostrado en su dilatada carrera..

A falta de tomar la decisión sobre de quien debe depender el CNI, si de Defensa o de Presidencia. el Centro necesitaba y necesita una reorganización y cierta limpieza. Eso estaba claro para todo el mundo, y que su actual director es el hombre idóneo es algo en lo que todo el mundo parece estar también de acuerdo, pero, naturalmente, el teniente general Félix Sanz Roldán tendrá que demostrar con los hechos y en un horizonte no precisamente muy lejano.
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