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Un nuevo Papa para enfrentarse a Trump y Putin
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Un nuevo Papa para enfrentarse a Trump y Putin

lunes 21 de abril de 2025, 16:58h
El Papa Francisco ya es historia, para la Iglesia católica, para los fieles de todo el mundo, y para las relaciones políticas de las grandes potencias y sus dirigentes. Habrá cambios como es lógico, lo que tendremos que comprobar es si el nuevo Pontífice mantiene la actitud del jesuíta y argentino, Jorge Bergoglio ante las guerras de Ucrania y Palestina, ante la carrera armamentística en la que se está embarcado Europa, ante el creciente poder económico, político y militar de China. Para los católicos y para los que no lo son, ha muerto un lider mundial y, al igual que ha pasado con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el equilibrio global se va a modificar. Rusia y China esperan al nuevo interlocutor global.

El Vaticano es un centro de poder que trasciende con mucho el “barrio” romano en el que está físicamente. El sucesor de Francisco, sea quien sea, tendrá que empezar otra etapa, quizás muy alejada de las bases sobre las que construyó su pontificado el cardenal argentino que rompió con los pronósticos, que siempre se hacen, y que tuvo que suceder en el trono de San Pedro a otro Papa que seguía vivo, algo que no había pasado en los últimos seiscientos años de la historia vaticana.

Le espera una situaciuón mundial cargada de dudas, de cambos acelerados en la tecnología, de guerras trivales en Africa y en algunos puntos de Oriente Medio. Con nuna situación en América Latina en la que conviven desde el izquierdista Petro al derechista Milei. Por encima de todos siguen abiertas y con miles de muertos, las guerras de Ucrania y Palestina. No es que el nuevo Papa pueda parar ninguna de ellas, pero su postura si puede llevar a que se alcance la paz de forma más rápida o que se eternicen durante meses e incluso años.

No es un mundo fácil el que le espera. Trump ha cambiado todas y cada una de las reglas con las que se manejaba Occidente e incluso Oriente. No va a cambiar, salvo que el sucesor de Francisco sea el actual Camarlengo, Kevin Farrell, que es quien va a dirigir durante unos días a la Iglesia, hasta que el humo blanco anuncie que el Cónclave ha elegido al nuevo Papa, que bien podría ser el Filipino Luis Antonio Tagle, en un gesto que llevaría al Vaticano a abrir un nuevo escenario en Asia junto a la China de Xi Jianping.

Ninguno de los cardenales españoles está entre los pòsibles sucesores, al igual que no lo están los latinoamericanos. Toca un cambio importante en el Vaticano y la Iglesia, como organización mundial, es consciente de ello. De los 266 Papas que ha existido, ninguno ha sido norteamericano. Si se eligiese a un estadounidense, el equilibrio con la Casa Blanca será digno de ver, al igual que lo será la relación que puede tener con ese cristiano ortodoxo en el que se ha convertido Vladimir Putin.

Francisco ha muerto unas horas después de recibir durante apenas cinco minutos al vicepresidente Vance para luego rezar su último Angelus. El número dos de la Casa Blanca ha sido el útimo mandatario en verlo con vida. Otra anécdota para un Papado que durante doce años quiso acercarse a los más pobres pero que no pudo romper, por más que lo intentara, un pasado y un presente de riquezas e intereses económicos y políticos que son imposibles de cambiar. Benedicto XVI lo comprendió y decidió abdicar de su condición de lider de la Iglesia católica. Se retiró y no quiso “estorbar” nunca a su sucesor. Jorge María Bergoglio llegó para cambiar la imagen de la Iglesia. Los sucesivas escándalos protagonizados por sacerdotes y cardenales, contra los que no le tembló el pulso, han terminado por debilitar su precaria salud de forma definitiva.