Las complicaciones circulatorias han arrancado a primera hora de la mañana, con la reducción de la capacidad de la vía en dos de sus cuatro carriles en ambos sentidos
El grueso de las obras de soterramiento de la A-5 han arrancado este miércoles con retenciones en la autovía, en sentido entrada a la capital, debido a la reducción de la capacidad de la vía de cuatro a dos carriles y al desconocimiento por parte de los conductores de los itinerarios alternativos.
Desde primera hora de la jornada se han registrado complicaciones circulatorias en cinco kilómetros de la A-5 (Madrid-Extremadura), a la altura de Campamento, según han informado a Europa Press fuentes de la Dirección General de Tráfico (DGT).
Además, también se registran retenciones desde primera hora del día en el acceso a la A-5 por la M-40, a la altura del kilómetro 32 de la carretera de circunvalación, en la zona de La Fortuna, en Leganés, a la altura del kilómetro 10 de la autovía.
Las complicaciones circulatorias han arrancado a primera hora de la mañana, con la reducción de la capacidad de la vía en dos de sus cuatro carriles en ambos sentidos, entre los kilómetros 6,300 y 3,200, y está previsto que se prolonguen durante la hora punta en sentido entrada, y a lo largo de la tarde, en sentido salida.
Tráfico ha propuesto varios itinerarios alternativos para aquellos ciudadanos que circulen por dicha autovía en sentido Madrid y quieran evitar la zona de obras, aunque al ser el primer día los conductores todavía están adaptándose a las modificiones, lo que también puede contribuir a la formación de retenciones.
En concreto, las alternativas son: salida 46 (Valmojado) por CM-41 a la autovía A-42 (Yuncos); salida 35 por R-5 (peaje) a M-40; salida 32 (Navalcarnero) por M-600 hasta Brunete y M-501 a Madrid; salida 31 (Navalcarnero) por M-404 a A-42 (Torrejón de la Calzada); salida 25 (Arroyomolinos) por M-413 a M-407 (Leganés) y M-50; salida 18 por M-50 (circunvalación de Madrid); y salida 12A por M-40 (circunvalación de Madrid).
El Ayuntamiento de Madrid, el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), la Comunidad, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y el resto de municipios afectados por las obras han coordinado un plan de movilidad para garantizar la mayor fluidez posible en los desplazamientos ciudadanos.
DUDAS Y ENFADOS DE LOS CIUDADANOS
El epicentro del nuevo despliegue de movilidad ha sido la estación de Metro y Cercanías de Cuatro Vientos, donde se ha improvisado algo así como un nuevo intercambiador para los casi 19 autobuses que llegan y salen. "Van algo despistadillos", ha afirmado un trabajador de la zona, que destaca "fluidez" a pesar de admitir que a los usuarios todavía les cuesta adaptarse a los recorridos.
Los ciudadanos, muchos de ellos desubicados, iban preguntándose unos a otros para saber si estaban en la cola de la línea correcta. "Me ha costado ubicarme, pero no me queda otra, esto no es algo que vaya para una semana ni para dos", ha reconocido una mujer que va adaptándose poco a poco a los nuevos cambios. "No sé si llegaré a trabajar", ha dimitido entre risas una ciudadana a punto de subirse por primera vez al autobús.
También se ha dado el caso de personas nada acostumbradas a dejar el coche atrás y que han tenido que hacer frente a los cambios. "Vamos a ver qué tal, no frecuentamos el transporte público y hoy nos encontramos con esto", ha expresado dudosa una mujer que, junto a su madre, hoy tiene que llegar hasta el centro de Madrid.
ENFADOS Y RESIGNACIÓN ANTE LOS NUEVOS CAMBIOS
Algunas personas han dejado ver su enfado ante el retraso que supone, en algunos casos, tener que coger más medios de transporte de lo habitual. "Un día normal tardo 30 minutos desde Móstoles y hoy llevo una hora y pico", ha reprochado una mujer que ha hecho hincapié en que "le fastidia bastante".
Otra usuaria no sabía el tiempo que le iba a tomar llegar hasta su puesto de trabajo en Pozuelo de Alarcón. "En un día normal tardaba en llegar sobre una hora y cuarto, hoy todavía no lo sé, espero que no mucho", ha deseado dubitativa esta mujer.
"No sé cómo voy a regresar a mi casa porque salgo de trabajar a las 10 de la noche y no sé si voy a llegar", ha increpado a uno de los trabajadores una señora que buscaba desesperadamente una vía para poder quejarse a las autoridades.
DECENAS DE TRABAJADORES PARA ASISTIR A LOS USUARIOS
Hasta Cuatro Vientos se han desplazado decenas de trabajadores que estarán presentes durante los próximos días para resolver las cuestiones recurrentes de aquellos que lo necesiten. Ataviados con chalecos amarillos, la práctica totalidad de ellos ha pasado el inicio de la mañana indicando qué autobús llegaba a cada destino o qué línea de Metro y Cercanías convenía coger en cada caso.
Los propios responsables de la zona reconocen que todo está funcionando "con normalidad" y que los despistes e incidencias que se puedan estar dando responden a que "la gente no está acostumbrada" a unos cambios que permanecerán durante, al menos, meses.
Por su parte, el Consorcio Regional de Transportes empieza este dispositivo de movilidad con la contratación de una empresa externa, cuyos trabajadores se dedican a contabilizar el número de pasajeros que viaja en cada autobús a cada hora. Según admiten ellos mismos, con este análisis se busca reconocer los fallos y posibles incidencias que se den en el uso del nuevo transporte.
Además, para las personas que todavía no conocieran la situación excepcional que hoy empieza, la megafonía de la estación de Cuatro Vientos ha insistido con un mensaje: "Les informamos de que el consorcio regional de transporte ha establecido itinerarios alternativos para los autobuses afectados por las obras de la autovía A-5".
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