Se han convertido en la mayor amenaza para el presidente Sánchez, para el Gobierno,para el PSOE y para la izquierda en general. Forman la Triple A que, con todos los casos abiertas por presuntas corrupciones en los juzgados, desde los de Instrucción en la plaza de Castilla al Tribunal Supremo, pasando por la Audiencia Nacional, proporcionan más datos, más declaraciones, más documentos, más pen drive encriptados con los que alimentar sus acusaciones.
El último en entrar a formar parte de esta tetrarquía es Victor de Aldama, que se suma a José Lúis Abalos y , desde el lado opuesto, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso. Sin la dirigente y lider del PP madrileño y sus combates diarios contra Pedro Sánchez y la izquierda, las otras dos A posíblemente no tendrían la importancia que tienen. Ayuso, con su aplastante victoria en las últimas elecciones autonómicas y su indudable protagonsmo entre la derecha española, es la “culpable” de la mayoría de los desastres estratégicos del presidente del Gobierno y del PSOE. Convertida en la auténtica “bestia negra” de Pedro Sánchez, la obsesión por combatirla de todas las formas posibles ha hecho que se imponga la testosterona a la razón, a la lógica y hasta a la estrategia que la izquierda debería seguir si quiere, en algún momento, ganarle en las urnas.
El dúo que forman Aldama y Abalos necesitan a un aliado de menor entidad pero dispuesto a cumplir su papel de enlace con entidades y personas, ya fuera dentro o lejos de España. Koldo García, sin los dos primeros no habría llegado tan lejos, al margen de lo que decidan los tribunales durante los próximos años, que los sumarios abiertos van a sobrevivir a los jueces que los han abierto. Estamos en el inicio de las distintas instrucciones, con aportaciones por parte de Aldama tan soprendentes como su relación con los servicios de información e incluso la propia CIA. Entre agente secreto e intermediario en operaciones de todo tipo, con ramificacones que pasan de un partido a otro, y a amistades que van desde clubs playeros a compañías de aviación, Victor de Aldama se ha convertido en uno de los personajes más sorprendentes de la vida pública española durante los últimos veinte años.
Primeron fueron Koldo y Barrabés (ahora desaparecido de los medios de comunicación ) luego Abalos, para terminar en Aldama - con Begoña Gómez por medio, que si no fuera la esposa del presidente del Gobierno no estaría sufriendo el calvario diario que padece - convertidos los cuatro o los cinco en las principales armas del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo contra Pedro Sánchez. No hace falta darle muchas vueltas, con ver y oir lo que aparece en los medios de comunicación y en las redes sociales, es suficiente. Ninguno de ellos pensaría hace siete años en lo que se iban a convertir, en los peores enemigos internos del triunfante vencedor de la moción de censura contra Mariano Rajoy y capaz de seguir en el palacio de La Moncloa pese a perder las elecciones generales en número de votos y escaños, pero lograr la elección presidencial, que es la que se hace en el Congreso a través de la suma real de la mayoría absoluta sobre los 350 parlamentarios que se sientan en el Hemiciclo de la Carrera de Sán Jerónimo.
Serán los jueces instructores, junto a las pruebas que de verdad aporten cada uno de los protagonistas y las declaraciones de los testigos, los que dictaminen las posibles responsablidades y las fechas de los futuros juicios. Mientras eso sucede, las “culpas sociales” ya se han producido, junto a las mediáticas. La victoria, por ahora, es de Isabel Díaz Ayuso, reforzada en su liderazgo interno y externo dentro de la derecha. Los derrotados, ocurra lo que ocurra finalmente a nivel judicial, con Abalos y Aldama. Esa Triple A que puede buscar en las hemerotecas lo que ocurrió en los años setenta del siglo pasado en Argentina bajo los gobiernos de Domingo Perón e Isabelita Perón, y qué papel jugaron la CIA y una parte de la masonería de origen italiano, para que un personaje como José López Rega, al que llamaban “ el Brujo” adquiriera el papel que tuvo, con cientos de crímenes a sus espaldas.