El 60% de ellos utiliza las redes sociales como principal medio para acceder a la información
Más de la mitad de la población adolescente en España tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa. Así se desprende de un informe de Save the Children sobre desinformación y la exposición a discursos de odio de niñosy adolescentes en el entorno digital realizado en el marco de la campaña #DerechosSinConexión en el marco del Día Internacional del Acceso Universal a la Información, que se celebra el 28 de septiembre.
Uno de los principales resultados que arroja este análisis es que el 60% de los adolescentes utiliza las redes sociales como principal medio para acceder a la información, al mismo nivel que la televisión y por delante de otros medios de comunicación como la prensa online (32%), la radio o la prensa en papel (9% y 5% respectivamente).
En lo que respecta a las redes sociales y los creadores de contenido, un 16% de los adolescentes considera que son siempre una fuente fiable de información, porcentaje que asciende al 70% que piensa que pueden serlo en determinadas ocasiones. Si se desagrega por género, se aprecia cómo los chicos confían más en estos perfiles: un 23% considera que son una fuente fiable de información frente a un 9% de las chicas.
La organización ha denunciado que la exposición a estos contenidos "vulnera de forma directa el derecho de la infancia y adolescencia a una información veraz y segura, un derecho esencial que cada vez está más en juego".
"Si bien Internet ha democratizado el acceso a la información, también ha facilitado la proliferación de contenido erróneo y perjudicial, que perpetúa estereotipos negativos, modelos irreales de vida y fomenta discursos de odio. Esta exposición, junto a la deshumanización que caracteriza a menudo las relaciones en el mundo digital y que provoca comportamientos que no se tendrían en el entorno físico, hace los chicos sean especialmente vulnerables a estos contenidos", ha indicado Catalina Perazzo, directora de Incidencia Política y Social de Save the Children.
Otro aspecto que preocupa a la organización es el relacionado con los bulos: el el 51% de los adolescentes no sabría identificar siempre cuándo una noticia es falsa. Además, aunque sospechen de que se trata de una noticia falsa, uno de cada 4 adolescentes directamente no la contrasta, mientras que un 56% de adolescentes recurriría a familiares y amigos para comprobar su veracidad. "Nos preocupa que estos familiares y amigos también se estén informando a través de las mismas fuentes, lo que podría crear un efecto burbuja y ampliar el riesgo de perpetuar información falsa", ha comentado Perazzo.
El análisis también ha señalado otro riesgo que afecta a la infancia y adolescencia en el entorno digital y que impacta de forma directa su salud mental es la exposición permanente, a través de las redes, a representaciones ideales de determinados estilos de vida, estándares de belleza y, en el caso de las chicas especialmente, la sexualización del cuerpo femenino.
La organización ha recordado que, aunque esta exposición constante de la vida privada como modelo de negocio ya existía en la televisión y la prensa tradicionales, "el mundo digital hace que cualquiera pueda llegar a hacerlo, lo que supone que el concepto de intimidad adquiere ahora un nuevo significado".
"La validación pública de la auto-exposición que realizan los y las influencers puede provocar que chicos y chicas repliquen estas conductas y que acaben compartiendo aspectos más personales o fotos íntimas o sexualizadas. Esto tiende a ocurrir en mayor medida en el caso de las niñas y adolescentes, que debido a los estereotipos sexistas pueden sentir que tienen que amoldarse a los cuerpos públicamente deseables", señala Perazzo.
DIFERENCIAS DE CONTENIDO Y DISCURSO POR GÉNERO
El estudio de Save the Children recoge también un análisis de diversos perfiles de hombres y mujeres streamers para comparar las diferencias en los discursos en base al género, también entre sus comunidades de seguidores. En el caso de los creadores de contenido chicos que se analizan, se observa que tienen más seguidores por norma general y muestran diferentes tipos de conductas de riesgo, como son compartir comentarios sexuales recurrentes, hacer referencia habitual a la pornografía o realizar reseñas de videojuegos de contenido erótico o pornográfico. Además, en los chats de sus canales de stream son frecuentes las referencias misóginas, los mensajes que banalizan el consumo de drogas o las actitudes de acoso ante quienes muestran rechazo hacia lo que dice el streamer.
En el caso de las creadoras de contenido, tienen por norma general un número de seguidores más bajo, y todas se han tenido que enfrentar a ataques en sus redes por diversos motivos: por defender a víctimas de abusos, visibilizar malos tratos de una expareja o por no cumplir con ciertos estereotipos estéticos.
Irene Fields, creadora de contenidos de videojuegos, afirma que ella ha sufrido este tipo de acoso en sus redes. "Yo he recibido muchos comentarios violentos en este mundo sólo por ser una chica del tipo 'vete a la cocina', 'qué haces jugando si deberías de estar limpiando' o incluso me han llegado a desear que sufriera una agresión sexual, algo que cruza los límites".
En su opinión, "es necesaria una educación para aprender a utilizar las nuevas tecnologías, ya que todo avanza muy deprisa y no nos podemos quedar atrás, y ya no sólo para saber usarlas, sino también para otras cosas como por ejemplo dónde buscar bien la información, porque mucha parece real y no lo es", asegura.
Ante estos datos,, la organización ha pedido desplegar todas las medidas que recoge la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) para proporcionar entornos seguros a la infancia en el entorno digital a la vez que se garantiza que se cumplen todos sus derechos.
Save the Children apuesta por educar en un uso responsable y seguro de internet y las nuevas tecnologías, que incluya herramientas que les ayuden a evaluar la fiabilidad y credibilidad de las fuentes de información en el entorno digital, a identificar y contrastar la información no veraz y a entender los mecanismos que se esconden tras la propagación de los discursos de odio.
Además, considera que "la cantidad de mensajes misóginos y modelos sexistas que se difunden en la red y que afectan de forma diferenciada a chicos pone de manifiesto la necesidad urgente de una educación en igualdad y una educación afectivo-sexual reglada y progresiva, que revindique la igualdad entre hombres y mujeres y combata los estereotipos de género también en el mundo digital".
"Para que estas medidas surtan efecto deben colaborar todos los actores implicados, como son las administraciones públicas y las empresas tecnológicas, pero también las familias y los centros educativos. Sólo si todas las partes implicadas remamos en la misma dirección se podrá garantizar que niños, niñas y adolescentes tengan acceso a una información veraz, segura y diversa, y podremos proteger sus derechos", ha añadido Perazzo.
El estudio fue realizado con la participación de 3.315 adolescentes a partir de 14 años en España y cinco grupos de discusión formados por 27 niños, niñas y adolescentes, con representación de edades de 10 a 17 años. Además, Save the Children ha contado con con la colaboración de personas expertas y profesionales del sector, desde trabajadoras sociales que abordan patologías relacionadas con el abuso de la tecnología a creadores de servicios web.