Acababa de ganar las elecciones gallegas por mayoría absoluta. Alberto Núñez Feijóo estaba feliz en 2012. Su carrera política parecía imparable, pero recluido en su tierra. Su paisano y amigo, Mariano Rajoy, por fín, había conquistado un año antes el palacio de La Moncloa y había colocado a su izquierda y a su derecha a las dos mujeres que iban a ayudarle a ejercer el poder dentro y fuera del partido, María Dolores Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. ¿Qué podía ir mal?, nada. Se equivocaron. Cospedal, como secretaria general del PP, destituyó a Luís Barcenas como tesorero y ya nada sería igual para la historia del partido que había fundado y refundado otro gallego, Manuel Fraga, el jefe que envió a Rajoy a Madrid para que hiciera “carrera política” a la sombra de José María Aznar, el único no gallego de la tragedia
La historia hace extraños guiños y las meigas juegan con los hombres. Hoy, Núñez Feijóo y la cúpula dirigente del PP comprueban cómo a la vida política y judicial de este 2024 regresan los dos nombres que hicieron que Rajoy fuera expulsado del poder en junio de 2018 tras ganar tres citas electorales seguidas. Tal y como aparece en el sumario del “caso Kitchen” al entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y a su subsecretario, Francisco Martínez, no se les ocurrió mejor solución para conseguir los papeles, documentos, ordenador incluido, que Luís Barcenas se había llevado a su casa mientras le pagaban sus años de servicio “en diferido” que encargar al excomisario José Villarejo que los recuperase entrando en su casa aprovechando que estaba en prisión.
Sin fecha para la celebración del juicio en la Sala Segunda de la Audiencia Nacional que preside el magistrado Fernando Andreu, lo que acaban de “ganar” las acusaciones particulares del caso, el PSOE y Podemos, es que la Sección cuarta admita que sean llamados como testigos desde Mariano Rajoy a Ignacio Cosidó, con las dos mujeres que se disputaron la herencia del expresidente con la posterior victoria interna de Pablo Casado , Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores Cospedal, en medio junto al resto de los que pudieron conocer lo que estaba pasando. Los comisarios Pino y García Castaño añadirán más emoción al juicio desde el banquillo de los acusados.
Mientras Pedro Sánchez fija el Congreso del PSOE para el 30 de Noviembre en Sevilla, viaja a China acompañado de un buen número de dirigentes empresariales para aumentar los intercambios entre los dos países, y tras llevar a su ya ex jefe de Gabinete al Ministerio que ha dirigido su flamante nuevo Gobernador del banco de España - a quien tanto critica el PP de Feijóo sin recordar que en 2014 el mismo PP pero con Rajoy al frente cubrió de elogios a Escrivá cuando le propuso para dirigir la AIReF - su partido, al que obligará a respaldarle de forma mayoritaria en sus decisiones sobre Cataluña y la emgración, no cesa en su regreso al pasado para aprovechar al máximo la memoria de Luís Barcenas y sus libretas con las cuentas en dinero negro que llevaba desde su puesto de tesorero del Partido Popular. Quiere que el Supremo revise lo instruido y las condenas y se incorporen nuevas pruebas y testimonios. Más amargura para Feijóo justo cuando reúne a sus barones regionales para acordar la estrategia de acoso y derribo al Gobierno durante los próximos meses. Toda la historia de la derecha española de los últimos cuarenta años encajada entre tres gallegos.
