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Sánchez, un funambulista en el alambre
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Sánchez, un funambulista en el alambre

Por Rafael Gómez Parra
Colocado una y otra vez en la encrucijada de si retirarse o seguir en la pelea, el presidente del Gobierno elige una y otra vez mantenerse como sea en el alambre en el que los resultados electorales han convertido a la política española desde que se rompió la fórmula del bipartidismo que hizo funcionar la rueda de la transición del franquismo durante 38 años, desde 1977 en que se hicieron las primeras elecciones post Franco hasta que en 2015 saltó por los aires el sistema.

A los políticos en el poder les pasa lo que a los grandes actores cuando piensan que el éxito que han alcanzado es eterno. Le ocurrió a Felipe González aunque al final una “derrota dulce y oportuna” le salvó por lo pelos de acabar en la cárcel en 1996.

Aznar y Zapatero supieron o pudieron retirarse a tiempo y no se empeñaron en seguir adelante cuando las cosas comenzaron a ponerse difíciles, especialmente el segundo, que le dejó la tostada caliente a Pérez Rubalcaba con un PSOE por los suelos,

Pedro Sánchez sabe que cada vez las cosas se van a poner más difíciles pero tiene asumido eso de que el que “resiste gana” y se ha empeñado en demostrar al mundo de su intención de seguir en el alambre mientras sus fuerzas se lo permitan o no llegue un juez que le haga caer.

El líder socialista se ha convertido así en un funambulista que se sube una y otra vez al alambre sin más red que la que le ofrecen, por ahora, sus socios de investidura, unos socios que a su vez tienen sus propios problemas internos y que no pueden prometerle ya que vayan a protegerle porque no son dueños absolutos de sus fuerzas.

Ni Yolanda Díaz está segura de cuáles van a ser los comportamientos de sus organizaciones asociadas, En Comú, Compromis o Mas Madrid; ni ERC sabe cual va a ser la respuesta de sus propios votantes y mucho menos de si podrá controlar a Puigdemont . Si a Mariano Rajoy, otro que no supo irse a tiempo, le arrojó fuera de la Moncloa un PNV al que había concedido todo lo que le pedían los dirigentes vascos, a Sánchez le puede pasar algo parecido en cualquier momento y entonces se lamentará de no haber aprovechado la derrota dulce que sufrió el 23 de julio de 2023 para haberse ido sin tener que pasar las penalidades que está sufriendo y las que les quedan