Lunes 29 de julio de 2024, el juez Juan Carlos Peinado, ya convertido de forma política y oficial en el mayor enermigo del presidente del Gobierno, del Gobierno, del PSOE más oficial y hasta de los socios que le votaron en la investidura y le mantienen en el poder, volverá a tomar declaración a los ahora imputados, el empresario y alma del master en la Universidad Complutense, Juan Carlos Barrabés ( ésta tendrá que esperar dada su situación médica ) y al rector de la misma, Joaquín Goyache. Y como testigos, por ahora, el vicerector Juan. Arcos Doadrio, el Ejecutivo del grupo Barrabés, Luís Miguel Ciprés, el instructor de esquí, Felix Jordán de Urries y el presidente del Instituto de Empresa y marqués, Diego del Alcazar. Puede que salgan como entraron y sigan como testigos o que alguno cambie su situación procesal por la de investigado.
Con todos esos testimonios y los que ya obran en su poder, el juez llegará el martes a las once de la mañana a La Moncloa para preguntarle como testigo al ciudadano Pedro Sánchez por lo que sabía y sabe de las actuaciones de su mujer en el Africa Center y en el Master universitario, y como presidente del Gobierno si intervino en alguna de las adjudicaciones y resoluciones administrativas que pudieron favorecer a las empresas y empresarios que van saliendo a la luz como cuentas de un rosario, y que pueden alcanzar a todos aquellos que tuvieron relación con Begoña Gómez y sus proyectos, con el responsable máximo de Globalia y su filial Wakalua, Javier Hidalgo, como pieza indispensable del puzzle que parece querer formar el magistrado en torno a la gran pieza final, que es el propio presidente del Ejecutivo.
Antes, de la inédita cita judicial, que puede durar apenas unos minutos si, como parece, el presidente y marido, en condición de tal se limita a decir que no tiene nada que decir, se habrá celebrado el Consejo de Ministros, del cual saldrán los temas que Pedro Sánchez aborde con Felipe VI en el palacio de La Almudaina en Palma de Mallorca a las cinco y media de la tarde. Quedará sin contestar una pregunta obligada por parte de los periodistas en la posterior rueda de prensa: ¿ha hablado con el Rey de los problemas judiciales de su mujer y de las peticiones de dimisión de convocatoria de nuevas elecciones que está pidiendo la oposición?. Esa es la pregunta, el resto no cuenta.
A lo largo y ancho del mes de agosto se sucederán las citaciones judiciales a los todavía no citados pero si protagonistas, en distinto grado y situaciones, que aparecen relacionados con Begoña y el resto. Para empezar, el 26 de ese més, tendrá que presentarse en el juzgado la ejecutiva de Wakalua, Letizia Lauffer, persona importante para el desarrollo de la propia instrucción sobre todo en la parte que implica a las ayudas a Air Europa por parte de los fondos europeos. Esa es la línea que más puede afectar al presidente Sánchez y al resto del Gabinete. Es la parte más política de todo el enredo.
Si agosto puede ser duro más duro será septiembre, con la Audiencia Provincial alargando su resolución sobre los recursos hasta el día treinta de ese mes. Puede que el juez ya haya cerrado la instrucción, que de por terminado su protagonismo y que sean la Audiencia y hasta el Supremo los que reciban esa “patata caliente”. ¿Dejará el juez Peinado dos causas en paralelo cerradas en instancias judiciales distintas?. La respuesta decidirá lo que haga Pedro Sánchez y también lo que hagan el resto de dirigentes políticos de la UE.
