Seis barones y tres baronesas con perfiles, pasados políticos y necesidades futuras muy distintos entre sí y que están en la raíz de sus declaraciones a favor y en contra - a veces rozando lo que en los partidos consideran una traición al lider - de la política que desarrolla desde el Gobierno de la Nación Pedro Sánchez, sobre todo con el irresoluble problema de Cataluña y el reciente cambio legal del delito de sedición, y la postura de algunos ministros y ministras en los temas de identidad de género y sobre el tratamiento a la inmigración.
La crisis y enfrentamientos internos entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias, en lo que fue Unidas Podemos, por un lado, y la más que posible desaparición del renqueante Ciudadanos de Inés Arrimadas en casi todas las autonomías, con sus votos transferidos al Partido Popular o a la abstención, junto con la perdida que se atribuye al Vox del disminuido Santiago Abascal en todas las encuestas electorales, y al que ataca cada día una Macarena Olana llevada al sacrificio en Andalucía, hacen que un renovada bipartidismo imperfecto aparezca en el escenario futuro de la vida pública española.
Para asegurar su presidencia y sus posibilidades de mantenerse en La Moncloa, Pedro Sánchez no puede permitir que le abandonen sus socios de investidura, sean de derechas o de izquierdas, pero sobre todo necesita que el PSOE siga en el poder en Extremadura, en Castilla la Mancha, en La Rioja, en Navarra, en Baleares, en Canarias, en Asturias, en Aragón y en la Comunidad Valenciana. Tiene mucho que defender y muy poco que ganar en las otros tres Autonomías que celebran elecciones el 28 de mayo. Muy difícil en Madrid, salvo que la sanidad, que tan mal está gestionando el consejero Ruíz Escudero, destroce la imagen de Díaz Ayuso; difícil en Cantabria, donde no tendrá más remedio que apoyar al Partido Regionalista de Miguel Angel Revilla; e igual de difícil en Murcia tras la fallida moción de censura contra Fernando López Miras y el desastre de la gestión de la “pinza” que quiso articular el socialista Abalos con un Ciudadanos regional partido en dos.
El poder no se juega sólo en las 12 Autonomías, se juega también en los grandes Ayuntamientos y sobre todo en las capitales de las provincias, de todas las provincias, incluidas las de las cinco Comunidades que ya celebraron sus elecciones y pueden esperar a 2024 e incluso 2026. Es difícil que los ciudadanos voten de forma distinta para elegir presidente autonómico y alcalde o alcaldesa, pero no imposible. Sánchez y el PSOE, junto al resto de la izquierda, sueñan con reconquistar Madrid, y si lo consiguen será más por los errores del alcalde Martínez Almeida que por las virtudes de una oposición que aún no tiene elegidos a sus candidatos.