Con cuatro más parlamentarios todo el poder será suyo y empatará en influencia con el presidente andaluz. Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno Bonilla son dos piezas esenciales en el esquema de Alberto Núñez Feijóo, por encima del resto de los dirigentes del Partido Popular. Están llamados a sustituirle si fuese necesario. De ahí la importancia de las próximas elecciones autonómicas y municipales. Y la pregunta obligada que se hacen en los despachos de la madrileña Puerta del Sol: ¿existe algún peligro para que no pasemos sólos o en compañía de los 69 escaños cuando ahora contamos con el confortable colchón de 78 asientos en la Asamblea?.
Perder diez de esos escaños que suman el PP y Vox y que se los adjudique la suma de las izquierdas parece muy difícil pero hay errores, decisiones, comportamientos, declaraciones que convierten lo difícil en alcanzable. El vicepresidente Enrique Ossorio y el consejero de Sanidad Enrique Ruíz Escudero ya los han cometido y han abierto la brecha para que toda la oposición, desde el PSOE a Unidas Podemos pasando por Más Madrid, junto a los sindicatos y organizaciones médicas, entre en tromba al ataque. Y quedan siete meses para que se abran las urnas.
En esta larga batalla, con varios frentes que coinciden por las zonas de la Comunidad y sus habitantes los actuales alcaldes y los futuros candidatos en los principales Ayuntamientos van a jugar un papel destacado y crucial. De ellos dependerá que esos diez escaños se consolidar en la Asamblea e incluso aumenten o que desaparezcan y vayan a parar a las formaciones de la izquierda. Por esa razón el antes llamado cinturón rojo de la capital es tan importante. Hay dos millones de votos en juego y si bien en 2021, en las adelantadas elecciones autonómicas, Ayuso ganó en todos ellos, en 2018 los que ganaron fueron los socialistas con las ayudas puntuales de los socios situados a su izquierda.
Ossorio con sus desastrosas declaraciones en torno a las consecuencias de la pandemia y los familiares de las víctimas, sobre todo en las residencias de ancianos; y Escudero con sus planes de unificación de los centros de salud, que se van a traducir en menos atención para los ciudadanos y menos personal médico y santario para atenderlos, pueden lograr los que parace en principio muy difícil, que es hacer que su presidenta pierda pese a la imagen de eficacia que se ha logrado construir en estos últimos años.
La sanidad es un tema esencial para los más de seis millones y medio de habitantes de la Comunidad con una edad media de 42 años y centrada sobre todo en los grandes Ayuntamientos junto a la capital. Cambiar a sus dos consejeros en estos momentos parece casi un imposible, pero su incorporación a las listas municipales de alguno de los grandes municipios puede ser un buen gesto, acompañado del “paro” en la tramitación y aprobación de las nueva estructura sanitaria, con mayor particpación de las organizaciones médicas y sindicales. Si acierta en la estrategia a desarrolar en los próximos siete meses Ayuso detandrá casi garantizada su permanencia como presidenta de la Comunidad y su propio futuro personal en el difícil mundo de la política. Si se equivoca y los dos hombres de su equipo de gobierna la desangran esos diez escaños tan necesarios pueden desaparecer.