Y Canalda sigue

Canalda repite en el cargo pero su nueva etapa al frente del Defensor del Menor pasó sin pena ni gloria. El debate sobre este hecho no existió, el PP propuso no nombre y lo votó y la oposición no propuso nada y votó en blanco. Dio la sensación que no era momento de reflexionar porque otros temas relativos al 20-N eran prioritarios. El único debate que se conoce sobre esta institución se produce cuando Canalda tiene que presentar su informe anual de actividades y consejos ante los diputados reunidos en sesión plenaria. Siempre se enzarzan en la misma cuestión, relativa a la hora de intervención del Defensor del Menor. Siempre se escucha a Canalda a última hora de la noche, en uno de los últimos puntos del orden del día del Pleno parlamentario, lo que provoca que casi nadie esté presente, más allá de sus señorías y de los funcionarios de la Asamblea de Madrid. Al no estar presentes los medios de comunicación, los madrileños no se enteran de qué va la cosa. Eso mismo pasó el día de la reelección de Canalda. Todos los años, populares y partidos de la oposición se pelean por la hora de debate del citado informe sobre lo hecho por esta institución el anterior ejercicio, pero año tras año este asunto no vuelve a aparecer hasta el próximo año por la misma fecha, es decir, que nadie se entera de lo hecho por el Defensor del Menor. Este tema duró lo suyo porque los 129 diputados regionales depositaron su voto a favor de Canal o en blanco al escuchar sus nombres. El resto de la jornada parlamentaria transcurrió con normalidad. Cada grupo aprovechó su turno para deslizar puyazos, a veces sandeces, contra el adversario. El portavoz de IU, Gregorio Gordo, pidió a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, que retire el proyecto de Presupuestos para 2012 porque no ayuda a la economía madrileña ni a la creación de empleo y que no sea tan cómplice con las propuestas del jefe de la patronal madrileña, Arturo Fernández, del que dijo que es consejero en la sombra del Ejecutivo autonómico. Aguirre pasó de todo y repitió aquello de que izquierda es igual a paro y se quedó tan ancha. Eso mismo hizo con el portavoz socialista, Tomás Gómez, cuando fue acusada de preparar unos presupuestos sanitarios que reducen la capacidad de la sanidad pública para atender las necesidades de los madrileños y que elevan las partidas destinadas a pagar las nóminas de los directivos de este sector. Denunció que los hospitales concertados y las empresas que levantaron los nuevos centros médicos son los que guían el barco de la sanidad pública. No hay que olvidar que las fórmulas del Gobierno regional para construir hospitales en los que todo el personal es de una empresa privada encajan en las leyes nacionales y es precisó recordar que sólo IU defendió en el Congreso de los Diputados leyes sanitarias que impidan que la colaboración entre sanidad privada y pública se convierta en una trampa en la que el dinero y los beneficios se imponen a la calidad asistencial y a la inversión para seguir mejorando el Estado de Bienestar. Canalde repite y todo lo demás sigue igual.