Los problemas de Manzano

Los que desde el mismo día de su presentación mostraron sus dudas sobre el acierto de elegir a Gregorio Manzano para comandar el proyecto del Atlético están encontrando motivos en las últimas semanas para justificar sus argumentos. Sumar diez puntos sobre 24 posibles y haber marcado dos goles en los últimos seis partidos, hace que las alarmas se hayan encendido en el entorno rojiblanco y con razón. Lo raro sería que en un equipo que aspira a cosas importantes no hubiera preocupación tras esta racha.

Es loable el intento del técnico de implantar un estilo caracterizado por tener la posesión del balón y darle buen trato, pero esa idea no está teniendo los resultados esperados por la evidente dificultad que tiene el equipo para anotar goles. Parece que si no marca Falcao no lo hace nadie más. El Atlético está siendo muy previsible en ataque y a los rivales les resulta fácil contrarrestar sus ataques. Manzano debería además replantearse el número de rotaciones que hace en cada partido, porque con tanto cambio resta confianza a los jugadores y se hace difícil lograr los mecanismos que un equipo con tantas incorporaciones necesita.

Un hombre de la experiencia del andaluz sabe que los técnicos dependen de los resultados. El equipo debe sumar ya de tres en tres o si no la presión se empezará a hacer tan grande que obligará a los responsables del club, pese a la intención de Gil Marín y Cerezo de mantener la calma, a tomar decisiones antes de que los objetivos se alejen demasiado.