Semana del 13 al 19 de abril de 2010


Alfredo Saez/ La banca como parte de la solución
Baltasar Garzón/ El Eclipse
Rodrigo Rato/ El toreo de salón
María Emilia Casas/ El Fracaso
José Bono/ Supera la prueba
Ratzinger/ Las lágrimas del Papa
Luis Bárcenas/ Deja el Senado

 

 

Alfredo Sáez/ La banca como parte de la solución  

Alfredo Sáez, consejero delegado del Santander lo tiene claro: si no se arregla el mapa bancario español, las entidades serán un lastre que pesará como una losa sobre la economía española. Los grandes banqueros quieren que se ponga orden cuanto antes, que se despejen las dudas sobre algunas cajas de ahorro, que se saneen las cuentas de las que están endeudadas más allá de lo razonable. De lo contrario el crédito seguirá siendo una gota en el desierto y la morosidad penalizará el negocio y le inyectará el veneno de la desconfianza, que es el líquido letal que ha provocado esta situación en la que estamos. Sáez habla en uno de esos foros que se abren en Madrid todos los días, y dice que es falso que los banqueros no quieran prestar: “es nuestro negocio, añade, y está por tanto en nuestra naturaleza”. Y celebra que Zapatero se haya caído del caballo y comience a tomar medidas para evitar el fantasma de Grecia, porque la cosa es seria, muy seria. Sáez precisa que la comunicación con el gobierno es buena, y que en el ministerio les escuchan con atención. Hará bien el gobierno en poner atención a todo lo que cuenten desde el banco, porque en la crisis se debe distinguir entre quien ha hecho bien los deberes y quien ha fallado. Y el Santander está entre los primeros.

 

Baltasar Garzón/ El Eclipse

Charlo a mediodía con un juez que ha tenido puestos de primer nivel en una de las grandes asociaciones del mundo de la judicatura. Me dice que en la carrera están muy dolidos por el clima de descrédito en el que se está hundiendo la justicia, y por los disparates que se escuchan contra el juez Varela, contra el Supremo, contra el Constitucional, y contra todo lo que tenga que ver con los jueces. ¿Y el asunto Garzón? Y esta es su respuesta: “Garzón es un juez cuya carrera  ha estado orientada a la acumulación de poder, en búsqueda de una posición que le permitiera hacer cualquier cosa sin que nadie se atreviera a contestarle. Fíjese en esa soberbia con la que le dice al instructor de su causa que él no le ha pedido dinero a Emilio Botín. En la carta le decía que si no había financiación el curso de la New York University no se iba a celebrar. Y le adjuntaba el presupuesto. Garzón ha pervertido la figura del juez, ha querido ser una estrella, una especie de dios laico que administra una justicia universal. Y cuando se cuestiona que la Falange no debería tener derecho a ponerle una querella se está dando fuego a una mecha que nos puede llevar al desastre” Garzón se eclipsa, pero su pérdida de luz será traumática, dolorosa.

 

Rodrigo Rato/ El toreo de salón 

Dicen que Esperanza Aguirre está desconcertada, que es el paso previo al enfado. En esta ocasión no ha sido Gallardón sino Rodrigo Rato el causante de la perplejidad de la presidenta. Todo se debe a la entrada de Gómez Navarro, ex ministro socialista, y presidente de las Cámaras de Comercio, en el Consejo de Administración de Iberia, una empresa estratégica para el aeropuerto de Madrid,  que es, no lo olviden, la primera industria de la Comunidad. Rato hizo un quiebro a los hombres de Aguirre. Les hizo pensar que no aceptaba  la petición de Tomás Gómez de poner en el Consejo de Iberia a Gómez Navarro. Pero de forma discreta hizo llegar el mensaje al dirigente socialista de que estaba dispuesto a transigir y ganarse así el aplauso a su candidatura a la presidencia de la Caja. Tomás Gómez recibió el mensaje con agrado, lo archivó y dejó pasar el tiempo sin insistir en su candidatura. No le hacía falta. Rato ha cumplido su promesa, y el Consejo de Iberia anunció a través de una nota la incorporación de Gómez Navarro a su consejo, para desconcierto de Aguirre, que ahora sabe que Rato va a lo suyo, como debe ser. Y Rato, además, encantado de que todo esto se sepa, y quede claro quién manda en la Caja.

 

María Emilia Casas/  El fracaso

El resultado de la votación llegó a tiempo para los telediarios. Ese “seis votos en contra, y cuatro a favor” fue un mazazo para el gobierno y para el presidente de la Generalitat, que confiaban en una sentencia favorable con el mínimo coste político. No fue posible. Esos votos indican que en el estatuto hay más artículos inconstitucionales de los que está dispuesto a aceptar ese socialismo que anunció que aceptaría cualquier estatuto que saliera del parlamento catalán. Ahí está el mal y la madre del cordero: ese día, en aquel mitin del Palau, Zapatero comenzó a minar las bases del Tribunal Constitucional. Desde aquel día, el tribunal es un estorbo. Lo ilustra la descomunal bronca que propinó Teresa a María Emilia antes del desfile de las Fuerzas Armadas en un doce de octubre. Ahora el problema es qué hacer. Jiménez, el nuevo ponente, tiene quince días para elaborar un dictamen. Tiene la ventaja de que ya conoce las posiciones de unos y de otros. Pero su sentencia será sin duda más dura, tendrá que aplicar el cepillo y convertir en virutas de estatuto algunas expresiones de separatismo que se quedaron en el texto de la ley. Quizá incluso proponga una votación artículo por artículo, como si fuera una radiografía de esa ley que lleva camino de ser el gran pretexto de la sedición. Se trata de un fracaso personal de Zapatero, pero también del legislativo, y de la propia Maria Emilia, encargada sin éxito, de hacer pasar el camello estatutario por el ojo de la aguja constitucional.

 

José Bono/ Supera la prueba

Bajo temprano en busca de prensa, como un adicto a la tinta sobre papel. Ni rastro de Bono en las portadas. Los que le acusan de haber engordado su patrimonio gracias a su influencia han recogido las velas. El dossier circulaba por las redacciones pero no había encontrado a nadie que le hincara el diente y lo llevara a las primeras de los diarios, hasta que llegó a las manos de Dávila. Pero el informe se ha agotado, y no queda nada por publicar, y Bono ha tenido la oportunidad de pasar  lista, de comprobar quiénes están con él y quiénes contra él. Por el camino ha cometido algún error, como el de olvidarse de algunas propiedades, y ha sufrido daños. Alguno de los diarios en los que tiene más amigos le han advertido que no está bien eso de que tu mujer sea empresario, y que tú mismo tengas una hípica como uno de los negocios familiares. Hay momentos en los que conviene elegir  entre la empresa y la política, porque son dos aventuras incompatibles. Lo mismo le pasa a algunos diputados del PP, sobre todo a uno que viaja mucho y que se prodiga con asiduidad en los medios de comunicación. No estaría de más que le diéramos un repaso a la ley que fija los límites de actividad de nuestra clase política.

 

Ratzinger/ Las lágrimas del Papa

El Papa llora  en Malta, esa isla donde desembarcó Pablo de Tarso en su peregrinación por el Mediterráneo. Se cumplen cinco años desde aquel día en que fuera elegido Pontífice, un lustro de críticas y de acoso, cinco años de soledad. Quienes conocen bien la curia romana daban por supuesto que Ratzinger iba a entrar en la burocracia vaticana como un elefante en una cacharrería, o por decirlo con lenguaje más evangélico, como Cristo entre los mercaderes del templo. Y algo de esto ha ocurrido. Sorprende ver cómo a los gestos de valentía del Papa en asuntos delicados como la crisis por los casos de abusos sexuales o los gestos de acercamiento a otras iglesias cristianas, o el diálogo con el mundo de la cultura, o la aproximación a los judíos, el Papa ha recogido una marea de críticas dirigidas contra él de una forma directa, a veces violenta, siempre escandalosa. Dicen que han visto lágrimas en los ojos del Papa, y no se sabe bien si es por su soledad romana, por el cansancio y la frustración de tanto esfuerzo sin brillo ni resultados, o por los pecados que minan el crédito de la jerarquía católica, hoy, cuando es más necesario que ese prestigio y credibilidad estén libres de mancha. Es posible que fuera por todo ese dolor intuido, por esa grave responsabilidad, que antes de ser elegido, Ratzinger dijo aquello de “que pase de mí éste cáliz”.

 

Luis Bárcenas/ Deja el Senado

Y Rajoy respira aliviado. Desmantelar los restos parlamentarios de la trama Gürtel y de sus afectados le ha costado semanas de calvario, de dudas, de incertidumbre. Gane o no gane las próximas elecciones, el gran mérito de Mariano Rajoy habrá sido el de llevar al Partido Popular por este transito infernal, por este desierto de penalidades, sin que el PP se haya roto, sin que se haya fragmentado, sin que el ala de la derecha se haya echado al monte, a pesar de los ataques feroces, sin precedentes, que se han lanzado desde el socialismo gobernante. Rajoy, el impasible, se ha revelado como un experto en que los demás tomen por si mismos las decisiones, después de interiorizarlas. Es algo así como el método Stanislavski aplicado a la política. Bárcenas se va, deja el Senado. Jesús Merino abandona, deja el Congreso. Parece como si Mariano les hubiera sometido a una sesión de hipnosis. El método es lento, pero cosecha resultados. Ahora solo falta que Rajoy lo aplique a la nación entera y que sea eficaz, que llegue a tiempo, y gane las generales.

 

 

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