Semana del 16 al 22 de marzo de 2010

Gómez Bermúdez/ El libro del juez
Sonsoles Espinosa/ Cuestión de confianza
Juan José Güemes/ Puntual adios a la política
Alberto Oliart/ El presidente extraviado
Juan Costa/ Vuelve con debate nuclear
Joan Laporta/ Erre que erre con la política
Terry Richardson/ El fotógrafo promíscuo

 

Gómez Bermúdez. El libro del juez.

Tiene premio. Gómez Bermúdez, el juez que escribió la sentencia del 11-M ha escrito un libro. Y la editorial Temas de Hoy se lo ha premiado. Temas tiene tradición en libros que hacen ruido. Lo consiguió con aquel de Santi Santamaría en el que el cocinero entraba en el salón de los grandes chef y disparaba contra todos. El libro de Gómez se titula “No destruirán nuestra libertad”. No sabemos si es continuación de aquel que escribiera su esposa Elisa Beni, “La soledad del juzgador”. El de Beni hubo de ser retirado por el bochorno que provocó entre jueces y magistrados. Ella perdió su puesto en la oficina del prensa del Supremo. Y ahora, desde esa soledad a la que aludía Elisa, el juez nos envía este libro de principios, esta misiva en la que promete que no nos van a doblegar. Dicho por un juez, es como si él nos garantizara que no ocurrirá. El libro le va a suponer al juez unos buenos ingresos, pero también un pequeño calvario: dirán que quiere ser estrella, que quiere ganar con las editoriales lo que no puede con su puesto en la judicatura, y tantas otras cosas. Yo creo que está bien que los jueces escriban de lo que saben.

Sonsoles Espinosa. Cuestión de confianza

El foco público se ha girado, y ha enfocado estos días a la esposa del presidente, la señora Sonsoles. Dicen que desde que está en el Palacio se ha acostumbrado a los trajes caros, y que no gasta ropa que valga por debajo de los mil euros la pieza. Pero el disparo más crítico, el más certero, ha sido el de Jordi Sevilla, que en  una revista tan ligera como Vanity Fair asegura que el presidente no tiene depositada en nadie toda su confianza, ni siquiera en Sonsoles. Discrepo. Al menos hasta unos días había razones de peso para negarle a Jordi Sevilla la razón. No puede ser. Zapatero confesó en su día en un reportaje que muchas noches, antes de apagar la luz de la mesilla, comparte con Sonsoles la sorpresa y la perplejidad que le producen darse cuenta de la cantidad de españoles que podrían ocupar con dignidad y soltura el puesto de presidente del gobierno. Eso solo se le puede decir a alguien en quien tengas  depositada toda la confianza, toda en absoluto. Eso no se lo dices a Jordi Sevilla, ni a José Blanco, que está demostrando últimamente una afición novedosa por la conspiración. Eso sólo se lo puedes  decir a alguien en quien tengas toda la fe. Porque es como decirle a tu mujer que son muchos los que podrían ocupar tu puesto. España y Sonsoles  han elegido a Zapatero. Y él sigue sin ver razones para ello. Eso es fe. Y lo demás, imitaciones.

Juan José Güemes. Puntual adios a la política.

Que nadie piense que se va para no volver. Que a nadie se le ocurra pensar que lo suyo ha sido un pronto. Conocí a Güemes cuando se encargaba de un asunto tan prosaico y poco lucido como el turismo. Llegó a la política de la mano de Rato, y así le conocí una tarde del año 2000. La primera impresión es la que cuenta. La mía fue la de un hombre cauto, prudente, que meditaba toda palabra que saliera de su boca, y que sabía dónde estaba y dónde quería llegar. Hizo una buena gestión, Aguirre se fijó en él y lo fichó para sus equipos. Algunos han interpretado su fuga como una huída de la hoguera. El partidismo hace ver fantasmas donde sólo hay molinos de viento. Güemes y su melena se van a la empresa privada. “Con uno de la familia en la política es suficiente”, dice. Su esposa es senadora del Partido Popular.

Alberto Oliart. El presidente extraviado.

Ya se han arrepentido. Lo de Oliart como presidente de la Corporación RTVE parecía de libro. Un hombre con edad benemérita, un tipo con la cabeza fría, y con experiencia, un buen hombre o quizá un hombre bueno para jibarizar la tele pública sin traumas. No se olviden que esos eran los planes del gobierno: dejar la televisión estatal con una presencia testimonial. Lo han sido desde que nacieron Cuatro y Sexta. Había que despejar el camino para que alcanzaran una cuota de audiencia que les permitiera vivir sin agobios. Pero Oliart ha salido rana. Me lo cuenta en este día de San José un miembro del Consejo de Administración: “es un hombre con unos desequilibrios insoportables. Vamos a un enfrentamiento por cada sesión. Unos días te coloca a un familiar sin avisar y otros te dice que si no admites sus dictados está dispuesto a irse. En el PP están profundamente decepcionados.

Juan Costa. Vuelve con debate nuclear.

Podemos dividir el mundo de los políticos en dos partes: los que han escrito libros, y los que no lo han hecho. El libro es la prueba del nueve del nivel intelectual del legislador o gobernante. Fíjense en que no pido que el libro sea de calidad. Me basta simplemente con que lo haya escrito él y no haya recurrido a un escritor fantasma, como dicen en el mundo anglosajón, o a un “negro”, que es expresión más española y más cruda, por lo que supone de “esclavitud intelectual”. En estos años de espera entre cargo y cargo, Juan Costa ha escrito un libro en el que se declara partidario de la energía nuclear como forma de evitar los males del llamado cambio climático. Es por tanto un partidario nuclear utilitarista. Costa demuestra una habilidad sutil: la de entrar en un debate que apasiona a las generaciones jóvenes, la de erigirse en una especie de alternativa española al discurso de Al Gore y sus sacerdotes del ecologismo.

Joan Laporta. Erre que erre con la política

Mientras Messi se convierte en inmortal  con un rosario de goles imposibles, Laporta sigue a lo suyo. Y ya saben el principio que rige en la política: cuando el enemigo se equivoca, lo mejor es no distraerle, dejarle que mantenga su carrera  hacia el abismo. Joan Laporta sigue preparando su candidatura para las próximas elecciones autonómicas con bombo y platillo. Se le nota que está encantado de haberse conocido, y antes de ofrecer a los catalanes la redacción por consenso de una “constitución catalana”, ha decidido redactarla de su puño y letra. Quiere cuerpo diplomático, y ejercito propio, y que el catalán sea la única lengua oficial. Todo muy en la línea del independentismo radical, cuya política es la que ha llevado a Cataluña al estado de depresión que sufre en estos tiempos. Examinada su constitución, no dice nada sobre la generación de electricidad propia, con denominación de origen.

Ferry Richardson. El fotógrafo promíscuo

Después del escándalo de Tiger Woods y su adicción a las señoras multiorgásmicas, se prepara otro en el mundo de la moda. Una buena amiga, modelo de profesión, me advierte de que la primera andanada está lanzada. Terry Richardson es un fotógrafo famoso por sus imágenes provocadoras. Es habitual en Vogue Italia, que es la edición de la revista que mejor cuida la nómina de sus fotógrafos. Pues bien, hay varias modelos que acusan a Terry de utilizar su estudio y su profesión para ponerse morado de señoras estupendas. He visitado su página web y me ha sorprendido la sección “casting”. En ella, Terry invita a todas las que quieran posar desnudas para él a que le envíen el currículum. Una especie de operación triunfo en la que el primer beneficiario es el artista. Hace unos días se celebró una fiesta en París. Acudieron algunas candidatas. Y ante todo el mundo, una modelo danesa le montó un número histórico al promiscuo Terry. El fotógrafo abandonó el local a toda prisa. La prensa busca ahora más candidatas a revelar en qué consisten las sesiones de fotos de Richardson. Continuará. 

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