OPINION

Dave & Nick, un brillante dúo para reflotar el Reino Unido

Jueves 02 de octubre de 2014

18/05/2010.- No estamos anunciando un nuevo Gobierno, con nuevos ministros. Anunciamos también una nueva política en la que pesa más el interés nacional que el interés partidista y en el que la cooperación está por encima de la confrontación. Un nuevo Gobierno, unido detrás de un propósito clave: dar a nuestro país el liderazgo fuerte y estable que necesita para el largo plazo”.



Todos los analistas apuntaban a que estas elecciones británicas iban a ser “históricas”. Aquí mismo lo habíamos escrito semanas atrás:”Aires de cambio en el Reino Unido”. Pero nadie se atrevió a predecir un cambio tan revolucionario. Desde el pasado día 12, el inquilino del número 10 de Downing Street es David Cameron, el político conservador que a sus 43 años se ha convertido en el más joven primer ministro británico en los últimos doscientos años. Más revolucionario aun es que Cameron preside un gobierno de coalición, el primero de la historia política del Reino Unido excepción del gobierno de concentración durante la segunda Guerra Mundial que presidió Winston Churchill.

Los conservadores acudían a las urnas como los favoritos y de hecho se alzaron con la victoria, en votos y escaños, pero al final se quedaron a bastantes escaños de la mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes. Bien es verdad que Cameron podría haber llegado al 10 de Downing Street con el apoyo de algunos partidos minoritarios. Pero en tres días la clase política, y de forma muy especial el líder conservador David (“Dave”) Cameron y el líder liberal Nickolas (“Nick”) Clegg, experimentaron una sorprendente catarsis con el resultado ya conocido. Detrás de este insólito gobierno de coalición hay tres explicaciones: la situación grave de la economía; la madurez política de los británicos; y el talante y la generosidad de Nick Clegg y, muy especialmente, de David Cameron.

David Cameron, frente a la opinión del ala dura de su partido, optó por la opción más generosa y positiva: se van a exigir importantes sacrificios a los ciudadanos y en estos momentos es preferible hacerlo desde plataformas lo más amplias posibles; pero, además, estas elecciones han puesto en evidencia una serie de “desconchones” en el modélico edificio de la política británica; así pues, tratemos de mejorar todo lo que se pueda mejorar (la ley electoral; la elección democrática, no hereditaria, de los Lores)
Este impulso clarividente y generoso de Cameron tuvo buena acogida por parte del líder liberal, Nick Clegg, la gran estrella de la campaña electoral pero quien finalmente apenas logró traducir ese éxito en votos y escaños. Clegg tuvo que enfrentarse a los “duros” de su partido. Al final, los dos equipos negociaron durante dos días a cara de perro, pero con honestidad y patriotismo. “Hasta ayer éramos rivales; desde hoy somos colegas”, comentaría Nick Clegg.

Quien está al timón de la nave británica es Cameron pero el país tiene ahora un viceprimer ministro. Y en todos los ministerios presididos por un “tory” habrá un alto ejecutivo liberal. La composición del gabinete ha sido un trabajo de marquetería: hay cinco ministros liberales, además del vicepremier Clegg, y tanto los titulares liberales como los conservadores ofrecen una imagen de escasa uniformidad, pero en todos hay mucho talento. Hay pocas mujeres (un país que ya ha tenido una primera ministra y cuya jefatura del Estado la ostenta una mujer no se pliega a simplistas criterios de cuotas. Theresa May es Ministra del Interior e Igualdad porque es una excepcional política; y si Sayeeda Warsi se ha convertido en la primer musulmana en ser ministra no se debe a ninguna cuota sino a su talento profesional)
Dave &Nick han configurado un grupo de personas muy competentes, abiertas, dialogantes, patriotas y muy conscientes de que la política ha entrado en una nueva dimensión; los ciudadanos cada vez van a ser más exigentes con la competencia, honestidad y proximidad de la clase política.



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