Martes 25/ El coche de Vara
Miércoles 26/ Siempre nos quedarán los banqueros
Jueves 27/ Durán i Lleida, el enterrador
Viernes 28/ Buruaga, a la COPE
Sábado 29/ Pitita, de bruces
Domingo 30/ Mendez, en estado puro
Lunes 31/ Ochenta de Clint
25/05/2010.- EL COCHE DE VARA
Gracias a los “garganta profunda” de la Guardia Civil, nos hemos enterado de que la agenda del presidente extremeño es incompatible con el código de la circulación y la ley del tráfico reformada. Fernández Vara viajaba a 170 kilómetros por hora. Como siempre, los políticos demuestran que conocen la teoría de la comunicación pero no la practican. Lo primero que salió de las oficinas públicas de la Junta extremeña es que en realidad el coche al que los guardias detuvieron fue el de la escolta. Es decir, que el infractor sería un policía, de los que están al servicio del presidente. Que es como echarle la culpa de la borrachera al camarero. Si la escolta iba a 170, fue porque el coche del presidente llevaba esa misma velocidad, por lo menos. Fernández Vara, hombre sensible a los asuntos del márquetin político y a las nuevas tecnologías, ha dicho que no fue multado en el acto, pero que la sanción llegará. Su chófer se quedará sin cuatro puntos y tendrá que abonar unos cientos de euros, por el exceso. Faltan gestos de grandeza en las cosas pequeñas de la política. Apunto dos. El primero esto de la sanción. Fernández Vara debiera haber pagado la multa por anticipado. El otro es el de Camps: sueltas mil euros, se los das a Cáritas, dices que es por los trajes, y se acabó la rabia. Lo de dejar asuntos sueltos es mala política: siempre terminas tropezándote con ellos.
26/05/2010.- SIEMPRE NOS QUEDARÁN LOS BANQUEROS
Con los árbitros en estado de coma, nos quedan los banqueros. El Rey ha estado convaleciente. El Constitucional está en la Unidad de Cuidados Intensivos. Los hombres y mujeres que en alguna ocasión han hecho de mediadores se han retirado del campo. Y el único que coge el teléfono para llamar a Rodríguez Zapatero y a Mariano Rajoy es Emilio Botín, presidente del Santander. A eso se llama tener sentido de Estado, por la vía económica. Si alguien sabe lo que nos jugamos, ese es nuestro banquero más internacional. Porque en una crisis como la que sufrimos, el sentido más necesario es el sentido de la realidad, el conocimiento de cómo se mueven las cosas en el mundo, y los criterios con los que se manejan las finanzas internacionales, los movimientos de capital, la creación de confianza. Lo he dicho en alguna ocasión: ésta por la que atravesamos es una profunda crisis de confianza. Hoy nadie se fía de nadie, y menos de los países que persisten en vivir por encima de sus posibilidades, ajenos a los cambios que se han producido en el mundo. Botín llamó y pidió al presidente que llamara a Mariano para buscar puntos de encuentro. Y Zapatero llamó al líder de la oposición, pero la conversación no fue más allá de un saludo y unos comentarios. En otros países, esa labor mediadora la hacen los antiguos presidentes. Aquí no, porque los hemos inhabilitado para esas labores, tan necesarias, de las que se encargan los banqueros.
27/05/2010.- DURÁN I LLEIDA, EL ENTERRADOR
Asisto desde primera hora de la mañana al debate sobre el decreto del recorte. Rajoy cerrado en banda. Dicen que no si Zapatero le hubiera ofrecido negociar esas medidas, su actitud hubiera sido otra. Ya no sirve de nada pensar en cómo hemos llegado a esta situación. La bolsa y los mercados contienen la respiración. España bordea el abismo. Y en el debate surge la mano de Durán i Lleida, hombre tranquilo y templado, que sólo se irrita cuando los aplausos vienen de la bancada socialista. Durán es hombre hábil, un maestro de los discursos matizados, que nunca cae en los extremos. Saldrá del debate como un triunfador. Tanto que algunos escribirán en los días venideros elogios encendidos, en los que incluso le sitúan, a Durán, como un posible presidente de un gobierno de concentración, un ejecutivo para esta hora de emergencia. Pero Durán no piensa llegar tan lejos. Se conforma con ser el notario que certifica la agonía de Zapatero, y pretende atribuirse el mérito de enterrar al presidente, de elegir el momento, el día y la hora. Ahora no, porque les conviene un Zapatero con respiración asistida cuando se voten las elecciones catalanas. Después de elegir el próximo parlamento autonómico, los de CiU sabrán que ha llegado la hora de dar la puntilla a ZP para pasar a otro capítulo de la historia. Durán quiere ser el enterrador, ya que nunca pudo ser ministro. A lo mejor, quien sabe, le dejen la cartera de exteriores en el próximo gobierno de Rajoy.
28/05/2010.- BURUAGA, A LA COPE
No les ha costado mucho tiempo encontrar un relevo para Ignacio Villa. Los obispos apuestan por Sáenz de Buruaga. Ernesto es hombre de radio: trabajó en RNE y en Onda Cero. Ha hecho matinales y nocturnos. Tiene horas de vuelo ante un micrófono. Aunque, como suele pasar, fue la televisión la que le dio fama y reconocimiento. El acuerdo está firmado. Ernesto tuvo la finura de renovar con Telemadrid un día antes de firmar con la Cope. Por tanto, mantendrá su programa “Madrid opina”•, al menos una temporada más. Ya se ha dado un par de vueltas por su nueva emisora, para ver equipo, y para asumir los peajes: algunos tertulianos de la época de Villa mantienen sus puestos, entre ellos José María García Hoz y Juan Manuel de Prada. Con Buruaga los obispos quieren que la antena de la Cope suene sin estridencias, que atraiga un público con ganas de estar bien informado, pero sin que haya un exceso de contenido doctrinal o de opinión. No esperen de Ernesto editoriales ideológicos. No es un intelectual. Se limitará a exponer los grandes temas del día, a gestionar entrevistas y a rodearse de un plantel atractivo de hombres y mujeres del periodismo. En ese sentido, su perfil será el de un “dealer”, un conductor que reparte bien el juego. Los obispos quieren una radio tranquila, pero con audiencia. No es fácil, pero es lo que buscan. Y como fórmula, no está nada mal.
29/05/2010.- PITITA, DE BRUCES
Mi adorada Pitita Ridruejo ha caído en el calvario de La Noria. Sé por experiencia que llegar al plató del programa es una tarea más difícil que atravesar el laberinto de Creta. Antes de entrar en la zona iluminada tienes que pasar por una maraña de cables, en completa oscuridad. Debes bajar una escalera vertiginosa como un acantilado, apartar cortinas negras y cruzarte con la sombra de las chicas de producción que van y vienen en busca de invitados. Y cuando llegas y crees que todos los peligros han pasado, te encuentras con Sopena, y a veces con Maria Antonia Iglesias, si es que los médicos de su corazón le dejan comparecer. Pues bien, a Pitita todo ese lío de madejas de cables le hizo tropezar la otra noche, y darse de bruces contra el suelo de Tele 5 que es tan duro como el de cualquier otra televisión. Del golpe le sobrevino una hemorragia interminable que aconsejó un traslado a urgencias, donde vieron que no era nada grave, tan solo un trompazo. El caso es que Pitita no llegó a intervenir en un debate sobre la aparición de la Virgen de Lourdes y los milagros que se han obrado en aquella gruta del sur francés. Es un asunto sobre el que Pitita tiene mucho que decir, y sobre el que habla con una gran dignidad de señora. Pero los intrincados laberintos de la tele de Berlusconi le jugaron una mala pasada. Como diría ella, “no estaba de Dios que yo hablara en ese debate”. Sin Pitita, la tertulia transcurrió por terrenos de una mediocridad insoportable.
30/05/2010.- MÉNDEZ, EN ESTADO PURO
Sigo atento las noticias de la radio. Hoy se negocia la reforma laboral. Se han dado de plazo hasta el lunes, pero todo el mundo es escéptico: no llegarán a nada. Ya lo advirtió Cándido Méndez cuando llamó sicario a José Luis Feito, uno de los expertos economistas de la CEOE. Sicario es palabra que suele aparecer en estas crisis, y es un término que gusta mucho a la izquierda. Cuando quieren señalar el objetivo al que deben dirigirse todas las ofensivas, le llaman sicario. La palabra estaba muy meditada. Hay que descartar que Cándido Méndez la soltara en ayunas, que es cuando de verdad se pone farruco y botarate. Los sindicatos se han crecido durante el mandato de Zapatero. SE han venido arriba. El presidente es hombre que suele pagar con generosidad a quienes le han ayudado. Lo hizo con los actores, lo ha hecho con los sindicatos, que han tenido mando en plaza, y que han sido sus cómplices desde los primeros compases de la crisis. Y ahora Méndez y Toxo no quieren soltar ese poder que les ha dado Rodríguez, y por eso insultan y se ponen hechos una hidra cada vez que alguien, ya sea desde el Banco de España, o desde la patronal, sale con alguna propuesta que les perjudica. Rodríguez no tendrá más remedio que traicionarles. O eso o elecciones anticipadas. Y ya saben que el presidente teme mucho más a las urnas que a los sindicatos, por muchas huelgas que le quieran convocar
31/05/10.- OCHENTA DE CLINT
¡Qué razón tienen cuando dicen que lo importante es llegar! En el camino de estos días se cruza la muerte de Dennis Hooper, actor de culto, leyenda transgresora de Hollywood, y el más integrado, aunque siempre solitario Clint Eastwood. El primero encarna desde “Easy Rider” la senda de los que han transitado por el underground. El segundo comenzó su vida de actor con papeles que le hicieron antipático para aquella izquierda que ha dominado las modas culturales y el reparto diario de adjetivos. Harry el sucio no le ayudó. Luego vino su vocación de alcalde del pequeño pueblecito de Carmel, en aquella costa de California colonizada por los frailes españoles. Y por último su papel como director y actor de sus propias películas. Si tuviéramos que hacer caso de sus biógrafos más críticos, la vida de Clint es la biografía del hombre que administra sus fuerzas para que le permitan llegar a viejo en plenitud. En alguno de los libros que se han publicado sobre su persona Clint es un sujeto tacaño hasta la mezquindad, un tipo que no deja escapar un solo dólar, un solitario, huraño hasta la misantropía. Puede ser. Pero lo importante es llegar a ser una leyenda viva del cine con películas como “Cartas desde Iwojima” o “Sin perdón”.