18/05/2010.- Lo sucedido en los actos festivos. Las medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para reducir le déficit, entre ellas, la primera reducción del salario de los empleados públicos de la historia, la congelación de las pensiones, el adiós al 0,7% del PIB para el Desarrollo o la eliminación de la retroactividad de las ayudas a la Dependencia, están más claras que el agua.
La portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez, justificó este recorte de derechos sociales como necesario para repuntar económicamente y crear puestos de trabajo a algunos de los más de medio millón de parados madrileños y aseguró que, de no haber sacado la tijera Zapatero en ese sentido, habría que haber tocado las prestaciones por desempleo, la sanidad o la educación.
Un día antes del anuncio que tantos descontentos está generando, los socialistas no adivinaban que todo lo defendido durante meses, quedaba en el olvido.
Sólo IU ha sido capaz de mantener el mismo discurso de siempre: hay otra salida a la crisis.
Gregorio Gordo, que lleva muchos meses diciendo que las políticas económicas y fiscales de socialistas y populares son como dos gotas de agua, dejó claro que las movilizaciones sindicales, y una posible huelga general, contarán con su apoyo.
La sesión plenaria, en la que IU insistió en la necesidad de hacer otra política para salir de la crisis y los populares se mofaron de los socialistas por su obediencia a Barak Obama a la hora de aplicar rígidos ajustes presupuestarios, el PSM preguntó a la mandataria madrileña, Esperanza Aguirre, por la calidad del agua del Canal de Isabel II, que según aclararon ambas diputadas es de excelente calidad.
Maru Menéndez, que preguntó de esta manera tan peculiar, quería denunciar la privatización de una parte de la empresa pública que nos cobra el líquido elemento que bebemos y los espionajes llevados a cabo por no sé quién al presidente del Canal y vicepresidente de Aguirre, Ignacio González, quien había denunciado, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, que Zapatero ha pasado de defensor de los derechos sociales de los españoles a ser un alma en pena, guadaña en mano para herir, con sus medidas, a los que más necesidades tienen, y dejar contento a los amigos de los que especulan en los mercados, no sólo financieros: empresarios, banqueros y demás poderosos.
No hay ninguna duda de que todo esto está claro, más incluso que las transparentes aguas del Canal, por eso no se entiende por qué el PSM no se preocupa de los perjudicados por Zapatero, exigiendo a Aguirre que ayude a los más tirados, en vez de buscar titulares sobre asuntos que no terminan de cuajar. Menos mal que se rebajarán el sueldo los cargos públicos de todos los lados. Eso dicen socialistas y populares.