13/05/2010.- Del Carpe diem al Sursum Corda!; es decir, la andrómina no ha hecho más que continuar. O, lo que es lo mismo, Zapatero se ha superado a sí mismo, lo cual era ya insuperable. Lo blanco, negro; donde nunca jamás, jamás dije nunca... Dos tardes de economía no dan para mucho, y si son dos tardes a desgana, pasa lo que pasa y la pagan los de siempre.
¿Qué el 25 de septiembre la vice primera llegó a un pacto de sangre con los funcionarios? Bueno, eso fue ayer, y no somos Fray Luis de León, para quien el tiempo no pasaba, o pasaba apenas. Además, ¿a quién le importa? ¿Qué jamás se tocarán las pensiones? Bueno, ya lo advertía Ian Fleming: 'Nunca digas nunca jamás'. ¿Qué Zapatero es aranero? Pero, ¿no fue Alfonso Guerra el que llamó a Adolfo Suárez 'Tahúr del Mississippi'?
Han sido siete días de mayo trepidantes. En sólo siete días hemos pasado de un 'no' rotundo a un pacto global en materia económica que incluyera una aceleración de las medidas anti-déficit a unas medidas de la más rancia derechona antisocial; de ser acusadores anti-rajoyistas por haber congelado en tiempos el sueldo de los funcionarios… a bajarles el sueldo a los funcionarios; de ser solidarios de boquilla con los viejecitos y viejecitas y con las preñadas y los preñados consorte a congelarles a unos su raquítica paga pensional para la que han cotizado toda una puñetera vida en condiciones muchas veces lamentables, y para quitarles la entrada del coche a las otras-otros.
¿Qué ha pasado en estos trepidantes siete días para que Zapatero, Obama mediante, meta la navaja trapera en un 'plan de salvación nacional' a costa de los más desfavorecidos? Obama, mediante, quizá, pero desde luego la Merkel y el Sarkozy, que están de Zapatero hasta allí donde acaba el moño. Y hemos dicho, claro, sí bwana, y lo hemos hecho en tres días, cuatro menos de lo que tardó Dios en crear el mundo, que fueron siete si no aplicamos la rebaja que nos impone ZP.
La crítica ¿política? en ese Congreso de los Diputados que se hunde ha sido unánime: en tres días no da ni para que Dios cree a Adán -si lo crea en menos, créanme, su nombre empezará por donde finaliza el abecedario-. Pero a Zapatero le da para tener un plan… y así nos va. "Españoles", decía el chiste, parodiando al oprobioso, "hace cuarenta años -o treinta, o ponga cada uno los que quiera- estábamos al borde del abismo… Hoy hemos dado un paso al frente".