OPINION

Dos fontaneras de primera línea

Jueves 02 de octubre de 2014

Una, Leire Pajín, es la niña mimada de José Luis Rodríguez Zapatero, la otra, Ana Mato, lo fue de José María Aznar. La primera goza de los oropeles del poder, cada vez más diluidos en la poderosa sombra de José Blanco y su alter ego en Ferraz, Antonio Hernando. La segunda disfruta todavía de mando en plaza, aunque sus aspiraciones se hayan topado con el muro de Maria Dolores de Cospedal, la voz y ordeno, con permiso de Rajoy, del PP.



Medida en el gesto Mato, exuberante y grandilocuente Pajín -a los anales ha pasado su comparación planetaria a cuenta de la presidencia de Zapatero de la UE- las número tres de populares y socialistas no han tenido un 2009 nada fácil, en el caso de la Secretaria de Organización del PSOE por el fiasco de las elecciones europeas y gallegas o el motín de su partido, con su madre a la cabeza, en Benidorm. Una indisciplina (o quizá no tanto) a los mandatos de Ferraz que, aunque ha conseguido para este partido la alcaldía tras la polémica moción de censura contra el PP, ha apartado de la militancia socialista, entre otros, a su propia progenitora, Maite Iraola.

Eso por no hablar de los recelos y veladas críticas, también en su partido, que se desataron al confirmarse que Pajín aspiraba a ser senadora por Alicante. La prensa y los tertulianos se dedicaron a poner negro sobre blanco los espectaculares pecunios que ingresaría mensualmente la número tres del PSOE una vez obtuviera escaño en la Cámara Alta (veinte mil euros por su cargo en el partido, el 80% de su sueldo como ex secretaria de Estado de Cooperación Internacional y el del Senado). Pajín ha sofocado la polvareda mediática cobrando únicamente los cinco mil euros que le corresponden como senadora.

Más amargos han sido los sinsabores de la vicesecretaria general de Organización y Acción Electoral del PP, en el ojo del huracán por el caso Gürtell y un ex marido, el ex alcalde de Pozuelo, Jesús Sepúlveda, imputado por supuestos cobros ilegales de la trama Correa. Unos hechos que, sin embargo, no han desestabilizado la posición de Mato en Génova trece, donde hasta el propio Rajoy ha salido en su defensa.

Conocedoras ambas de los engranajes de sus respectivos partidos y de las teclas que hay que tocar para no perder el horizonte del poder , Pajín se ha movido en el último año con desigual fortuna en los muchos frentes abiertos, aunque mantiene intacto el apoyo de importantes sectores sociales que se ha ganado siendo una de las más firmes defensoras de la Ley de Matrimonios Homosexuales o la del Aborto. Eso sí, no termina de convencer a un significativo número de dirigente de su partido como secretaria de Organización, puesto que piensan que le viene grande, según la rumurología, incluido José Blanco.

Menos dada a la exposición que la número tres socialista, Mato ejerce de “fontanera” del partido, mientras prepara los mimbres para las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2011 que servirán al PP para medir sus posibilidades en las generales de 2012.

Sociólogas de profesión, en el caso de Mato también lo es en Ciencias Políticas, la vida de estas dos poderosas mujeres, salvando las distancias ideológicas y los años que las separan, puede decirse que son vidas políticas paralelas. Ambas arrancaron su andadura en las filas de sus partidos en la universidad, la hoy vicesecretaria de Organización del PP de la mano de un Jorge Vestrynge, profesor suyo en aquel entonces, que la convención para integrarse en las filas de AP.

Para la secretaria de Organización del PSOE, el convencimiento político estuvo en casa. En dos activos padres, José María Pajín y Maite Iraola, sumos hacedores del socialismo de Benidorm, que en el año 2000 colocaron a su hija en la pista de despegue al incluirla en la candidatura al Congreso por Alicante.

A partir de entonces sus carreras políticas han sido meteóricas, la de Mato amparada por José María Aznar, de quien fue asesora de gabinete en el Gobierno de Castilla-León y que la llevó de la mano hasta la secretaria de Organización en el año 2003-2004. La gestión del 11-M (ella y Acebes defendían la autoría de Eta) y el batacazo electoral del PP días después, la llevaron a un “exilio” dorado en Bruselas del que curiosamente la rescató Rajoy, haciendo que su nombre sonara de nuevo como ministrable si su partido alcanza La Moncloa.

Pajín, por su parte, ha contado con el abrazo protector de José Luis Rodríguez Zapatero, leones como su padre y su mentor dentro del partido, que continúa respaldándola aunque está por ver en quién confiará para preparar las elecciones generales. La prueba de fuego para el futuro de la secretaria de Organización tendrá lugar dentro de año y medio en los comicios autonómicos y municipales, sí fracasa no faltarán quienes amplifiquen el estribillo de sus detractores, que la acusan de ser una profesional de la política que nunca ha probado su valía en el ámbito privado.


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