29/07/2009.- "El truco del Olej", que estará en el Teatro Bellas Artes del 31 de julio al 23 de agosto, es el quinto espectáculo de esta compañía de Teatro Negro.
Jueves 02 de octubre de 2014
La compañía uruguaya Bosquimanos Koryak visita por primera vez Madrid para ofrecer "El truco de Olej", un circo cuyos protagonistas son coloridos muñecos de hasta cinco metros de altura y que, sobre un escenario negro, se plantean el reto de estimular las emociones de espectadores de todas las edades.
"El truco del Olej", que estará en el Teatro Bellas Artes del 31 de julio al 23 de agosto, es el quinto espectáculo de esta compañía de Teatro Negro que se formó hace ocho años en un pueblo cercano a Montevideo y que, a lo largo de su historia, ha llegado a públicos de países vecinos, como Argentina o Chile, y hasta tan lejanos como Malasia o Singapur.
Olej, el barrendero de un circo que quiere ser mago y mostrar al público sus trucos, es el protagonista del espectáculo que la compañía trae a Madrid, en su segunda visita a España (estuvieron el año pasado en Sevilla), con un montaje en el que participan más de dieciséis muñecos, manipulados por los seis miembros de Bosquimanos Koryak.
Malabares, acrobacias, magia, cuerda floja y otros números forman parte de este circo en el que el "más difícil todavía" es "tocar las fibras humanas de los espectadores y destapar sus emociones a través de la belleza y de la fragilidad", según ha explicado Martín Lóez Romanelli, director de Bosquimanos Koryak.
Él es el fundador de esta compañía integrada por seis personas de entre 28 y 37 años, todos ellos amigos de la infancia ya que crecieron juntos en Canelones, un pueblo pequeño a unos cincuenta kilómetros de la capital uruguaya y en el que "la imaginación es uno de los pocos instrumentos que teníamos para llenar el tiempo de ocio".
Sus padres eran profesores de la escuela del pueblo, a la que alguna vez llegó una compañía de titiriteros que deslumbró a este grupo de amigos y les incitó a crear muñecos con cuatro cabezas, una afición que continuaron desarrollando hasta que, hace ocho años, decidieron crear una compañía profesional.
"Intentamos crear un lenguaje propio y universal, que llegue a todas las edades y a todo tipo de países, porque las emociones son las mismas en todos los lugares", explica el director de Bosquimanos Koryak, una compañía que fabrica sus propios muñecos para que se conviertan en miembros más de un equipo cuyo trabajo "se acerca mucho a las coreografías de un grupo de danza porque hay veces que se necesitan a cinco personas para mover en la oscuridad a un sólo personaje.
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