Jueves 02 de octubre de 2014
Gustará más o menos su estilo de juego, caerá más o menos simpático, tendrá partidos mejores o peores...pero a Raúl hay que reconocerle como se merece el mérito que tiene haber igualado a Di Stefano como el máximo goleador en la historia del Real Madrid. Un logro que tiene más valor si tenemos en cuenta que el delantero madrileño no tiene la calidad que atesoran otros jugadores, no alcanza el “10” de valoración en muchos aspectos técnicos. Pero si es el más listo dentro del campo, es muy profesional, se esfuerza como nadie y ha sabido aguantar la presión que supone estar 15 años en un equipo como el merengue.
Raúl es un magnífico ejemplo para que los jóvenes entiendan que con trabajo, sacrificio y perseverancia, se pueden alcanzar grandes metas aunque haya otros más dotados. Claro que también tienen que tener la suerte de que alguien confie en tí en un momento determinado y te de la oportunidad. Como en su día le ocurrió al “7”.
Mucho peor le van las cosas al equipo en el que Raúl dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol, el Atlético. A pesar del deseo de Miguel Angel Gil Marín de acabar la temporada sin cambiar de técnico, la situación se está volviendo insostenible para un Javier Aguirre que parece incapaz de sacar al conjunto rojiblanco del pozo en el que está metido. Ya sé que es el mismo que llevó al equipo a rozar el segundo puesto de la liga tras encadenar quince partidos sin perder antes de Navidad, pero no ha sabido evitar que los muchos defectos que arrastra la plantilla hayan terminado por imponerse a las pocas virtudes existentes.
Su situación es cada vez más débil y el ambiente de crispación que hay en el entorno colchonero demanda decisiones. Si no gana en Huelva, veo difícil que salve su puesto.