RAUL HERAS

Dos formas distintas de dar marcha atrás: Sánchez logra lo que Feijóo pierde

Raúl Heras | Viernes 31 de enero de 2025
El “ómnibus” que atascó durante unos días la aprobación de las medidas sociales del Gobierno sigue su camino, con alguna vagón suelto que se ha quedado en el camino, pero con la estructura principal sin tocar. El presidente del Gobierno ha ganado mientras que el presidente del PP ha perdido. Sánchez dijo que no lo cambiaría, ni se sometería a una moción de confianza y ha logrado ambas cosas tras volver a pactar con Carles Puigdemont, la enésima vez y que no será la última. El fugado a Waterloo es una especie de vicepresidente en la sombra al cual se le consulta antes de que salga decreto alguno del Consejo de Ministros. Por el contrario, Alberto Núñez Feijóo ha tenido que aceptar la situación por miedo a enfrentarse a los colectivos más débiles, pensionistas, jubilados y ayudas a Valencia por la Dana, tal y como le pedían algunos de sus barones territoriales, con el andaluz Juanma Moreno en cabeza.

Son dos forma distintas de retroceder en los propósitos iniciales, al menos en apariencia. Da la impresión de que desde Moncloa se habían establecido los plazos y la forma de lograr los principales objetivos, mientras que en la sede central de los populares no supieron jugar con acierto las cartas sociales que había sobre la mesa. Más astucia socialistas y más infantilismo en la cúpula del Partido Popular. Enfrentarse a Pedro Sánchez requiere mirar de otra forma la política. No es la que ha venido sucediendo en los últimos vente años. Cambió con Rodríguez Zapatero y Sánchez es una prolongación más refinada y actualizada de la misma. Ni Pablo Casado lo supo ver, ni tampoco Feijóo y su equipo.

El presidente del Gobierno no se ajusta a los cánones personales y políticos de sus antecesores en el poder. Es un espécimen distinto. Capaz de giros de 180 grados en apenas unas horas. A partir de esa característica, la oposición tiene que adecuar su estrategia global y su táctica ocasional. Tiene una enorme ventaja a su favor en las Comunidades Autónomas y en los Ayuntamientos pero no la saben utilizar en conjunto. Disparan de formar desordenada y muchas veces a destiempo, con un tiempo de acción my lento. A Sánchez no le tiembla el paso a la hora de actuar y desprenderse de sus pesos muertos. Eso, en Feijóo es prácticamente imposible.

Incluso en lo que se pueden parecer, sus actuaciones son muy distintas. Sánchez, en su doble papel de presidente y secretario general del PSOE acepta los envites y ataques duros de su compañero Emiliano García Page, su verso suelto, mientras abordar en el conjunto del socialismo unos cambios de liderazgos que se consumarán en las próximas elecciones generales, autonómicas y municipales. Feijóo, también en su doble papel de jefe de la oposición y líder del PP, es incapaz de cambiar a Mazón y se mueve entre dos fuerzas tan distintas y distantes como son las de Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno. Si hay que mirar a los posibles sucesores, en el PSOE el gran favorito es Salvador Illa, el actual presidente de la Generalitat, muy por encima del resto de candidatos; en el Partido Popular el vaivén estaría entre los líderes de Madrid y Andalucía. El resto no tiene ninguna posibilidad.

Es mucho más difícil moverse en minoría con ocho grupos distintos de apoyo que con tan sólo uno. Sánchez lleva lográndolo desde hace ocho años y medio; Feijóo tiene problemas para mantener los acuerdos con Vox a niveles más bajos. Y si miramos a la realidad nacionalista, el presidente del Gobierno sigue avanzando en sus acuerdos y negociaciones con catalanes y vascos, mientras que el lider de la oposición se atasca una y otra vez en su política hacia Junts y el PNV, con evidentes agujeros en sus conocimientos de la historia de este país. Dar marcha atrás, retroceder, es la mayor parte de las veces la forma de avanzar, Hasta ahora Sánchez le gana en esa maniobra a Feijóo. El año que viene se celebrarán los primeros exámenes en las urnas. Tiempo para que desde la sede de Génova reflexionen.


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