El 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Filosofía, y por primera vez, la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense se une a esta conmemoración. El decano, Juan José García Norro, destacó la importancia de filosofar como un acto accesible para todos, sin importar edad o condición social. En su discurso, enfatizó que filosofar implica "vivir a la intemperie" y dialogar con los demás, buscando siempre el crecimiento personal a través del intercambio de ideas. Las actividades organizadas por estudiantes de doctorado promovieron una celebración artística e inclusiva, donde todos pudieron participar en diversas expresiones culturales. La jornada culminó con un acto que reflejó el espíritu colaborativo y creativo de la comunidad filosófica.
El 21 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Filosofía, una celebración que este año ha contado con la participación por primera vez de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense. En la inauguración de las actividades, el decano Juan José García Norro destacó que esta iniciativa surge a propuesta de la profesora Marifé Santiago Bolaños y un grupo “pequeño pero entusiasta” de estudiantes. “Me pregunté, ¿qué sentido tiene conmemorar el Día Mundial de la Filosofía en una Facultad de Filosofía? Creo que el sentido es, aquí y fuera de aquí, animarnos a filosofar. Porque la filosofía es para todos”, afirmó García Norro.
La Facultad busca transmitir un mensaje claro: todos estamos llamados a filosofar, sin importar edad o condición social. El decano define filosofar como “vivir a la intemperie”, lo que implica no estar resguardados en tradiciones o costumbres. Siguiendo el consejo del filósofo Heráclito, quien afirmaba que “me fío más de mis ojos que de mis oídos”, García Norro enfatiza la importancia de comprobar lo que se escucha a través de otras voces.
No obstante, también aclara que filosofar no significa adoptar un enfoque radicalmente original. “Filosofar es dialogar”, subraya, resaltando que el diálogo debe ser un espacio para encontrar al otro y aprender del diferente. “Dialogar es un arte muy difícil, donde siempre lleva las de ganar aquel que corrige su posición”, agregó.
Julia Rico y Cristina González, dos doctorandas encargadas de coordinar las actividades, explican que decidieron optar por una celebración más artística. Junto a Marifé Santiago, buscaron llenar la Facultad con actividades participativas, alejándose del formato académico tradicional. “Los alumnos tenían que estar en el centro”, enfatizó Cristina.
A lo largo del día, las actividades abarcaron diversos espacios dentro de la Facultad, desde el vestíbulo hasta varias aulas y salas de exposiciones. La jornada culminó con un acto final donde los propios alumnos tuvieron la oportunidad de mostrar su talento a través de actuaciones y presentaciones.