Todos sa reservan para dentro de una semana, para el G20 que se reunirá en Brasil el próximo lunes. Para esa cumbre Begoña Gómez sí acompañará a su marido, salvo que el juez Peinado, que la había citado para el día 18 para cuminicarle las nuevas acusaciones por sus relaciones con la Universidad Complutense, haga suyos los argumentos de las acusaciones privadas y le retire el pasaporte. Otros ocho mil y otras doce horas de viaje para llegar a Rio de Janeiro.
Una semana que le va a servir al presidente del Gobierno para alejarse del aluvión de ataques que se le viene encima. Los problemas que arrastra el Gobierno y él de forma personal se van sumando, con tan sólo una noticia positiva, pero muy peligrosa si hiciera caso al termómetro de las encuestas. El PSOE ganaría unas hipotéticas elecciones generales, con cara ventaja sobre el PP de Feijóo,quien tras el desastre de Valencia y su negativa a pedir y formar la dimisión de su compañero Carlos Mazón, ya ha dejado su petición de acudir a las urnas para más adelante. Los populares se van a centrar en las batallas judiciales en España, y en torpedear con Dolors Monserrat al frente, la confirmación de la ministra Ribera como nueva vicepresidenta de la Comisión que vuelve a presidir Ursula Von der Layen.
Los sumarios y acusaciones sobre el ex ministro José Luís Abalos y su eterno acompañante, Koldo García, siguen su andadura judicial, mal igual que la del intemediario Víctor de Aldama y de los otros posibles imputados, en un proceso que va a durar varios años en los tribunales. Al igual que le va a pasar a Begoña Gómez con sus relaciones con Juan Carlos Barrabés e incluso el vicedecano de la Complutense y experto en “desinformación” y utilización de noticias falsas en el mundo digital, Cristobal Fernández. Sea cual sea la decisión judicial, los recursos de las partes personadas y de la propia Fiscalía del Estado, harán que las causas abiertas se eternicen a nivel judicial.