Tur Torres

Feijóo pide nuevas elecciones pero sabe que Sánchez no le hará ni caso

Tur Torres | Martes 28 de mayo de 2024
Insiste el presidente del PP en exigir a Pedro Sánchez que convoque elecciones generales cuando aún no ha pasado un año de las últimas. No quiere esperar tres años pero las prisas son malas. Al PP le interesaría que los españoles acudiéramos a las urnas, sobre todo si dentro de trece días gana las europeas aunque sea por un escaño. Su problema es que al otro lado, en La Moncloa, Pedro Sánchez no quiere repetición electoral y espera que los años hagan el trabajo de desgaste y cansancio que producen cinco manifestaciones en las calles de Madrid en apenas seis meses. Las encuestas, las privadas y la pública del CIS, hacen su papel de incentivar el voto, más que en auscultar de verdad la voluntad de elección de los españoles.

En Moncloa, en la sede socialista y en Sumar/ Podemos y el resto de la izquierda con presencia en todo el estado saben que están en horas bajas y que romper el Gobierno y obligar a Pedro Sánchez a convocar elecciones anticipadas sería un error mayúsculo, con casi segura pérdida del poder a favor del Partido Popular y de Alberto Núñez Feijóo. Los sondeos les dan la razón. Hay que aguantar lo más posible e intentar trasladar el resultado de Cataluña a cada una de las siguientes citas electorales, con Europa en primer lugar. En la derecha, con un PP condenado a pactar con Vox, la alegría va por barrios.

Desde su observatorio sociológico de Gad 3 Narciso Michavila suele acertar bastante en sus pronósticos electorales. Es el que más se acercó al resultado final en los comicios masdrileños que dieron la cómoda victoria a Díaz Ayuso. Estos días, junto al resto de consultoras privadas, hace un retrato político de la España que está y que quiere llegar al pode total del Estado. Si acierta nuestro moderno gurú, la derecha se alegrará y mucho; la izquierda seguirá en su división y los partidos independentistas se harán un poco más débiles. Un peligro real ya que un cambio pequeño en lo global despertará muchas dudas y deseos en lo particular.

Si consideramos que en el actual Congreso los defensores de la unidad de España, con matices entre las derechas y las izquierdas de ámbito estatal, pero coincidentes a la hora de mantener el Estado tal y como lo conocemos en cuanto a cohesión territorial, suman los 121 escaños del PSOE, los 137 del PP, los 33 de Vox, los 31 de Sumar/Podemos frente a los 14 de Junts y ERC, los once de Bildu y el PNV …Puede parecer una diferencia pequeña, salvo que se “meta” en la ecuación política el distinto concepto que tiene ese macrogrupo a la hora de defender sus posiciones a la hora de hablar de Monarquía y República, por ejemplo.
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Con un cambio en La Moncloa que tensaría las relaciones políticas y sociales en una doble vertiente, por un lado las tradicionales del choque entre izquierda y derecha en este país desde que se inició la transición; y por el otro el de las tensiones creadas por unos nacionalismos que no sólo ganan protagonismo en el Congreso, también lo hacen en sus respectivos territorios. Sin contar con las posiciones europeas y lo que significaría un choque interno más duro en España cuando el resto de países, la Comisión y el Banco Central exijan un ajuste duro en nuestra economía.

Dándole esa “alegría adelantada “ al PP de Feijóo, que es la formación que ganaría con apoyo de Vox los más de 176 escaños necesarios de la mayoría absoluta , puede que Michavila haya justificado la nueva relación de “distancia calculada” que han proclamado Pedro Sánchez y su vicepresidenta Yolanda Díaz. Nada de rupturas en el Gobierno. Diferencias sí, incluso públicas, pero las elecciones adelantadas serían un suicidio tanto para unos como para los otros. Aplicarán el “Manual de Resistencia” que escribió el presidente y si la economía aguanta, la pandemia desaparece y Europa no aprieta demasiado el cinturón de los ajustes sociales, a esperar hasta el verano de 2027, con o sin cambios en el Ejecutivo, salvo loos imprescindibles por la marcha de algún de sus miembros a otros cometidos.

En el lado de la derecha, tampoco el sondeo de Gad3, si lo interpretan de forma adecuada y no se dejan llevar por los números, es una buena noticia: Núñez Feijóo podría convertirse en presidente, si hubiera elecciones, de ahí su insistencia y presión sobre Sánchez,pero teniendo que pactar sí o sí con Santiago Abascal, en una especie de “ remake” de lo que hicieron Sánchez y Pablo Iglesias. “Me causas insomnio, no estás bien visto en Europa, pero no tengo más remedio que ofrecerte mucho más de lo que he hecho hasta ahora”, le diría el presidente del PP al líder de Vox, con una diferencia respecto al pacto logrado por las dos izquierdas mayoritarias: los nacionalistas no podrían apoyar a un Ejecutivo con Abascal y otros dirigentes de Vox dentro.


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