La profesora se ha puesto en contacto con los miembros de la Comisión de Educación, Formación Profesional y Deportes de la Cámara Baja para informarles de las más de 70.000 firmas que había reunido en la plataforma y pedirles reunirse con ellos "para buscar una solución".
"Mañana viajaré a Madrid para reunirme con los miembros de diferentes grupos parlamentarios de la Comisión de Educación, de Formación Profesional y Deportes, para pedirles que por favor me escuchen. Y para decirles que si no es con una ley que evite que un menor tenga un teléfono móvil 24 horas en el bolsillo, es imposible vetar su acceso a contenidos muy graves, y por lo tanto imposible parar las patologías que observamos a diario y que interfieren de manera grave en la adquisición del aprendizaje. Hay que pararlo y tiene que ser ya.", ha declarado Sánchez-Pérez.
La docente ha explicado que acudirá a esas reuniones en representación de 678 profesionales que trabajan en centros educativos de toda España y en representación también de las más de 70.000 personas que han firmado la petición y que "quieren saber qué van a hacer los políticos al respecto".
En concreto, Sánchez-Pérez se reunirá con María Luisa García Gurrutxaga, Mari Luz Martínez e Isabel Moreno del PSOE; Sandra Moneo, Noelia Nuñez, Oscar Clavel, Miguel Ángel Sastre Uyá y Jaime Miguel de los Santos, del PP; Joaquín Robles López, de Vox; Marije Fullaondo e Isabel Pozueta, de EH Bildu; y Pilar Calvo, de Junts.
A través de su campaña conjunta, Natalia Jiménez y Ángela Sánchez Perez solicitan regular el uso temprano de los teléfonos móviles en menores para "ayudar a prevenir problemas relacionados con la salud mental y física en nuestros jóvenes y permitirles disfrutar plenamente su infancia y adolescencia sin las presiones asociadas con estos dispositivos".
"Soy madre de dos hijos, uno de ocho años y otro de once. El mayor tiene compañeros de clase en su escuela que ya poseen teléfono móvil y me pregunta con frecuencia cuándo podrá tener uno", explica Natalia Jiménez, madre, profesora e impulsora de una recogida de firmas que solicita la prohibición del uso de teléfonos móviles a menores de 16 años.
Como profesora de Secundaria, Jiménez observa a diario la "adicción" que los adolescentes desarrollan hacia los dispositivos electrónicos. "Esto repercute en su concentración y atención de forma significativa. Cada vez más los docentes observamos cómo los adolescentes, en el aula, desconectan rápidamente si las instrucciones o explicaciones no son muy cortas, o si no hay un cambio constante de dinámica", asegura.
"Cada vez más tienen problemas para comprender lo que se les pide en un enunciado de un ejercicio, a menudo porque no llegan a leerlo hasta el final, pues lo encuentran demasiado largo", añade la docente.
Además, advierte de que "el uso excesivo del teléfono móvil puede tener consecuencias perjudiciales para la salud física y mental de los niños y puede causar problemas como falta de sueño, estrés e incluso depresión".