Pocas cosas son tan molestas e indiscretas como un ataque de tos. Aunque esta puede llegar a ser muy incómoda, lo cierto es que también hay que reconocer que, entre otras cosas, tiene la función de cuidar y proteger al cuerpo.
Por supuesto, hay varios tipos e intensidades, y de eso dependerá también su tratamiento. A continuación, vamos a contarte más acerca de ello y sobre varios mecanismos de prevención de la tos que esperamos te sean muy útiles para evitarla.
La tos es básicamente un mecanismo de defensa que el organismo pone en marcha para despejar la garganta y hacer frente a diversos agentes externos como, por ejemplo, partículas de polvo o cualquier objeto extraño que haya en las vías respiratorias.
Aunque hay veces en las que es inevitable, e incluso necesaria, también hay varias formas de prevenir la tos:
Estas son algunas de las principales maneras de prevenir la tos, pero puedes encontrar otras alternativas en el blog Tu equilibrio y Bienestar, donde recogen consejos y cuidados sobre la salud escritos por profesionales sanitarios que saben muy bien de qué están hablando.
Las causas de la tos pueden ser muchas, pero estas son las más habituales:
Vamos a ver los dos tipos más frecuentes de tos: la seca y la productiva, saber identificarlas es fundamental para saber cuál es el tratamiento adecuado.
Debes saber que si éstas se prolongara más de seis semanas, estaríamos hablando de una tos aguda; asimismo, la tos crónica puede estar relacionada con algún problema de salud, por lo que lo ideal sería consultar con un especialista que pudiera determinar la causa.
La tos seca, conocida también como tos irritativa, es bastante molesta. Ocasiona un picor que hace que la persona tenga la necesidad de seguir tosiendo. Además, puede llegar a tener cosquilleo y dolor en la garganta. Causa mucha fatiga, pues en un gran número de ocasiones dificulta hasta el poder dormir, con el lógico cansancio al día siguiente que eso conlleva.
Generalmente, desaparece en unas 3 semanas.
Para calmarla suelen recetarse medicamentos antitusígenos. También resulta muy útil para este proceso estar perfectamente hidratado y el uso de humidificadores.
Esta tos, llamada también tos bronquial o con expectoración, es la que va acompañada de flemas y mocos. Dentro de lo que cabe es más útil, pues contribuye a evitar que se acumulen las secreciones; por eso mismo, no es conveniente inhibirla. Solo en casos en los que sea muy molesta (por ejemplo, impidiendo dormir).
Lo aconsejable en este caso es facilitar la expectoración con tratamientos expectorantes y mucolíticos que consigan que el moco sea menos espeso, y, por lo tanto, más fácil de expulsar con la tos.
Esperamos que estos mecanismos de prevención de la tos y todo lo que te hemos contado sobre ella te sea de ayuda. Como habrás visto, existen formas de ser menos propensos a ella. Asimismo, hay varios tipos, y hay que saber muy bien de cuál se trata antes de aplicar un tratamiento.