Reportajes

El camino hacia la accesibilidad universal en el transporte público y la movilidad

Viernes 30 de noviembre de 2018

Lejos quedó ya en la memoria la campaña que hizo hace un par de años el Langui porque le impedían subir su silla de ruedas a un autobús porque decían que no cumplía con la normativa. A partir de ahí, se originó todo un movimiento que también recogió sus firmas en Change.org para hacer que el transporte público fuese más accesible de una vez por todas.



La realidad es que ciudades en las que las distancias a recorrer son grandes, muchas personas con movilidad reducida, ven mermadas sus posibilidades al no conseguir acceder con silla de ruedas al algunos metros que carecen de medidas de accesibilidad universal.

Según ha anunciado la red de metro, se tiene previsto ejecutar un plan que construya 89 ascensores en 33 estaciones dentro del Plan de Accesibilidad de la Comunidad de Madrid hasta 2019, con el objetivo de que el 63% de las estaciones que ahora son accesibles aumenten en 10 puntos, cubriendo el 73% de la red de metro.

Es una cifra mejorable, pero un buen punto de partida, ya que si por algo destaca Madrid en su movilidad es por la red de metro que conecta barrios enteros y que su alta frecuencia hace que sea la opción preferida de muchas personas en sus desplazamientos.

El autobús, como anunciara el Langui, sufría muchas carencias en este sentido, pero la EMT, consciente de ello, ha centrado mucho sus esfuerzos en la mejora de estos aspectos, lanzando, por ejemplo, la campaña de “Creemos en tu autonomía” que fomenta el uso de personas con algún tipo de discapacidad de forma autónoma y que ha ganado, además, el premio de Premio Demarcación Madrid a la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y la Sostenibilidad del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid.

Y no se trata de recibir premios si no que, de verdad, gracias a este tipo de campañas, se ayuda a mejorar la vida de las personas, no solo de los usuarios a los que va dirigido, sino también a sus familiares, por su tranquilidad.

Por su parte, el sector taxi y VTC tiene más complicada su adaptación porque en algunos vehículos no cabe la silla de ruedas eléctrica, según los modelos, y es importante, por parte del usuario, señalar el modelo de la silla para no llevarse sorpresas una vez llegue el vehículo. Pero lo mismo también por parte del conductor. Aún queda mucho por aprender y concienciar.

Desde que se inaugurara Gran Vía hace unos días, el tema de la movilidad, para bien o para mal, centra las conversaciones (o, incluso, discusiones) de mucha gente. La Gran Vía parece que ha dividido en dos la ciudad: una mitad de movilidad peatonal y otra de movilidad con vehículo privado.

Sea como fuere, la famosa ampliación de aceras también va dirigida a las personas con movilidad reducida que también requieren de mayor espacio para moverse, sobre todo en temporada alta de compras ahora que se acerca la Navidad y las aceras de Gran Vía, las de antes y las de ahora, duplican los transeúntes.


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