INTERNACIONAL

Al menos 31 muertos t y 90 heridos ras varias explisiones en un mercadillo de una localidad china

Jueves 02 de octubre de 2014

Las explosiones registradas a primera hora de este jueves en un mercadillo de la localidad china de Urumqi, capital de la provincia de Xinjiang (oeste), se han saldado con al menos 31 muertos y 90 heridos, según ha informado la agencia china de noticias Xinhua.

El Ministerio de Seguridad Pública ha descrito el suceso como un "violento incidente terrorista", mientras que el director de Seguridad Pública, Meng Juanzhu, ha prometido "destruir la arrogancia de los terroristas violentos".

Testigos citados por la citada agencia han afirmado que dos vehículos han irrumpido en el mercadillo atropellando a varias personas, tras lo que los ocupantes han lanzado varios explosivos por las ventanillas. Posteriormente, uno de los vehículos estalló en el interior del lugar. Algunos tenderos han afirmado que se han registrado hasta una decena de explosiones.

El mercadillo está ubicado cerca del parque Renmin, ubicado en el centro de Urumqi. La Policía se ha desplazado al lugar y ha acordonado la zona, desde la cual se elevan varias columnas de humo.

Xinjiang es foco de tensiones políticas y sociales debido a las aspiraciones independentistas de la comunidad uigur, que quiere establecer un Estado independiente llamado Turkestán Oriental.

Los uigures han seguido tradicionalmente una versión moderada del Islam, aunque numerosas personas de la región han adoptado prácticas similares a las de Arabia Saudí o Afganistán, como la utilización del velo por parte de la mujeres.

Muchas personas de esta etnia han denunciado que ciudadanos han, la etnia mayoritaria en China, han puesto impedimentos a su desarrollo económico. Diferentes ONG hayan criticado la actitud de las autoridades chinas hacia la lengua y cultura de esta comunidad.

Los disturbios en Xinjiang han provocado la muerte de más de cien personas durante el último año, lo que ha causado que las autoridades de Pekín hayan endurecido su postura hacia los uigures, una etnia musulmana de lengua turca que rechazan los controles chinos sobre su cultura y su religión.

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