SOCIEDAD

La abogada acusada de encargar el asesinato de su exmarido: "¡Anda que se pudra y se lo coman las víboras!"

Se enfrenta a 41 años de prisión

Jueves 02 de octubre de 2014
La abogada María Dolores M.P., acusada de instigar el crimen de su exmarido a manos de un sicario el 14 de marzo de 2007, manifestó meses después del asesinato que se le atribuye, en una conversación telefónica, que deseaba que su ex compañero sentimental se pudriera bajo tierra y se lo comieran las víboras al no cumplir con sus obligaciones como padre. La acusada se sienta desde hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Madrid por un delito de amenazas, asesinato en grado de tentativa y asesinato consumado, por los que se enfrenta a 41 años de cárcel. Los otros dos procesados, Eloy S.B. y Charles M.G., afrontan una pena de 39 y 43 años de prisión por los mismos delitos y extorsión. El crimen se perpetró el 14 de marzo de 2007 cuando la víctima, Miguel Ángel S.P., recibió tres disparos en el garaje de su domicilio de Ciempozuelos. Los disparos se produjeron horas después de que un juez acordara conceder la custodia de la hija de la abogada a su exmarido. La vista oral ha comenzado con el interrogatorio del fiscal y la audición de varias conversaciones que traslucen la animadversión de la procesada hacia su expareja, de la que se separó en diciembre de 2001. En ese momento, comenzó una batalla por la custodia de la menor, que finalmente fue concedida a la víctima. En la declaración, María Dolores ha negado haber encargado el crimen de su exesposo a un sicario, del que se enteró a través de los medios, y ha subrayado que nunca se investigó la posible línea de investigación relacionada con juegos de rol. Además, ha asegurado sentirse víctima de una conspiración judicial orquestada por un amigo magistrado de la víctima. "A las pruebas me remito. Sólo me investigaron a mí. La investigación fue yo, yo y mil veces yo. Parezco el ombligo del mundo", ha dicho la acusada. Ante su acusación, el fiscal le ha preguntado si cree que todos los jueces prevarican, a lo que ésta ha respondido que "todos no". LUCHA POR LA CUSTODIA El inicio del interrogatorio se ha centrado en la lucha judicial que mantuvo la pareja por la custodia de la hija. Según la procesada, su expareja la machacó y la humilló en el juicio de custodia, sugiriendo que iban a por ella porque su exesposo tenía amigos en el Tribunal Supremo (TS), según una conversación telefónica. En una de las escuchas, de junio de 2007, se oye a la acusada comentando a su interlocutor que le da igual que se pudra bajo tierra: "¡Pobrecito, está muerto!, ¡Anda, que se pudra bajo tierra y se lo coman las víboras!". En su testimonio, la procesada ha confesado que ha tenido sentimientos "encontrados" por el odio que le tenía y al mismo tiempo ser el padre de su hija. Además, ha admitido que de lo único que tenía miedo era de la intención de su expareja de que su actual novia suplantara su figura materna. "Le pese a quien le pese, la madre de esa niña seré yo hasta después de muerta. Para mis suegros y para mi exmarido sobraba como madre de mi hija y querían quitarme. Llevo tres años en prisión y la niña está tutelada porque sus abuelos han renunciado a su nieta", ha señalado y ha querido reseñar que siempre trató bien a su hija. A preguntas sobre su reacción a un informe que le acusaba de someter a su hija a un síndrome de alienación parental, la procesada ha insistido en que dicho síndrome ni siquiera es reconocido por el fiscal. Acto seguido, ha destacado que el mismo equipo psico-social emitió un informe contrario a esa afirmación. NIEGA INSTIGAR EL CRIMEN Sobre el supuesto encargo para matar a su exmarido, la acusada ha insistido en que no contactó con el acusado Eloy "ni para matar a nadie ni para nada". Según su relato, mantenía una relación de amistad y adoraba a su hija, pero éste vendió su cabeza. "Le ofrecieron un acuerdo. Lo intuyó y alguna compañera me hizo llegar a la cárcel este recado. Vender mi cabeza a cambio de que los delitos del sumario se archivaran o quedaran en mero juicio de faltas", ha indicado y ha negado que enviara a Eloy a proporcionar a la Guardia Civil pistas falsas relacionadas con que la víctima estaba relacionada con juegos de rol. Además, ha contado que en prisión una persona le fue a buscar al módulo para entregarle una carta de Eloy, quien se interesaba sobre qué tal estaba. Según ha dicho, esta mujer se dirigió a sus compañeras y comentó: "Ésta es una gilipollas que se va a comer lo que no ha hecho por proteger a Ana Obregón". Al vincular con este hecho al despacho que llevan la defensa de Eloy, su letrado ha manifestado que la denunciará por implicarle en este hecho y ha mostrado su protesta ante el tribunal. A preguntas lanzadas por el abogado de Eloy acerca de que nunca tuvo la tentación de darle un susto a su exesposo ha contestado: "Ni a él ni a nadie". Además, ha insistido en que nunca tuvo miedo de que le quitaran a su hija. "Y lo sigo sin tener", ha aseverado. Inquirida sobre qué motivos podría tener su cliente para hacer algo a su exmarido, ha contestado: "Él sabrá si es que lo hizo él". "Usted sabe si lo hizo él. Él y su entorno tienen mucho delitos. ¡Ya está bien de acusar a inocentes de asesinatos! A mí me acusó porque salvaba a gente de su entorno de caer en prisión. Él tiene miedo a su vida", ha destacado y ha acusado a Eloy de ser confidente de la Guardia Civil. Respecto al otro acusado, ha señalado que no le conoce de nada y ha negado que se reuniera con él en la Gran Vía de Madrid para hablar sobre el supuesto encargo del asesinato, según sostiene el relato del Ministerio Fiscal. Asimismo, ha negado que le indujera a sacar a la víctima de la carretera en diciembre de 2006 en un primer amago por acabar con su vida.

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