Jueves 02 de octubre de 2014
Llegó al Atlético con la presión de ser el fichaje más caro en la historia del club y de tener que aguantar las inevitables comparaciones con sus predecesores en su misma posición: nada menos que Forlán y el Kün Aguero, pero a Radamel Falcao le han bastado tres partidos para empezar a convencer a propios y extraños, hasta el punto de que ya no parece tanta “locura” haber pagado 40 millones por él.
El “tigre” colombiano no es muy alto, ni muy rápido, ni siquiera posee una técnica depurada, pero, dentro del área, he visto pocos jugadores tan resolutivos como él. Resulta espectacular observar sus movimientos, sus desmarques, sus saltos elevándose por encima de defensas que le sacan una cabeza. Parece que le da igual jugar sólo en ataque porque se las basta para rematar practicamente todo lo que le envíen. Con su presencia, los saques de esquina a favor del Atlético se han convertido en una jugada casi tan peligrosa como un penalty.
También es verdad que el sistema que está empleando esta temporada Gregorio Manzano en el conjunto rojiblanco, de intentar dominar el juego, potencia las cualidades del delantero porque recibe muchos balones para rematar. Falcao brillaría mucho menos en un equipo que jugara a la contra porque él no podría hacer lo mismo que Aguero, que se fabricaba casi todas sus jugadas de gol. Fue una pena perder al futbolista argentino, pero la llegada del delantero colombiano al Atlético es una gran noticia para la liga española.
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