CULTURA

La fotógrafa Cristina García Rodero presenta su trabajo en el Círculo de Bellas Artes

La muestra "Transtempo" abarca más de tres décadas de trabajo, específicamente el que la autora realizó en territorio gallego.  

Jueves 02 de octubre de 2014

27/7/2011.- La autora es una de nuestras fotógrafas más personales y brillantes, y la primera española en ser miembro de la Agencia Internacional de fotografía Magnum.



El Círculo de Bellas Artes acoge del 27 de julio al 2 de octubre la exposición "Transtempo", una muestra de la fotógrafa española Cristina García Rodero que abarca más de tres décadas de trabajo de la autora en territorio gallego. García Rodero (Puertollano, 1949) es una de nuestras fotógrafas más personales y brillantes, y la primera española en ser miembro de la Agencia Internacional de fotografía Magnum. En estas fotografías, la artista se centra especialmente en las fiestas populares, en los momentos rituales que definen un paisaje sociológico muy particular, mostrándonos la esencia y tradición de la cultura gallega mediante una visión coherente de su imaginario, de las razones del entendimiento popular para crear sus ritos. Más que en el paisaje natural o en los elementos culturalmente construidos, los artefactos, las arquitecturas o los interiores, la fotógrafa se mueve en una geografía de los sentimientos, donde se revela el espectro de las emociones humanas en todo su esplendor. Personajes que, en su universalidad, mantienen un singular anonimato.

El corpus fotográfico que García Rodero ha venido produciendo durante los últimos cuarenta años es de una relevancia ética y estética fuera de lo común. Los temas en que esta artista ha focalizado sus investigaciones han sido tratados con una extrema exigencia formal a la hora de ser incorporados al mundo de los signos. Sus imágenes se distancian de la caótica iconosfera contemporánea por su dignidad, por su perspicacia y por su coherente e incuestionable estilo. La fotografía de Cristina García Rodero llega donde no llegan las palabras: es pensamiento plástico puro, es espejo prístino y mordaz de lo real, es amor hacia lo viviente y conciencia de su precariedad y de su esplendor.

Un análisis detallado y alejado de prejuicios hace estallar el cliché en que algunas miradas superficiales han querido encerrar su obra. Porque, efectivamente, García Rodero se inscribe en la tradición de la antropología visual y usa la fotografía como instrumento para documentar rituales religiosos o folclore, pero nunca persigue lo supuestamente exótico para insertarlo en los circuitos de consumo de la sociedad del espectáculo. García Rodero se sirve de la fotografía como tecnología contemporánea para explorar los rincones más recónditos del alma humana y registra situaciones en que los individuos se producen como sujetos en un salir de sí que desborda las conexiones entre lo psicológico y lo social.


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