SOCIEDAD

El TS confirma la condena a 29 años de prisión impuesta a una mujer que empleaba el 'Beso del Sueño'

Narcotizaba a hombres para robarles en hoteles

Jueves 02 de octubre de 2014
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la condena a 29 años de prisión impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid a una acusada de emplear el método del 'Beso del Sueño' para robar a sus clientes después de narcotizarlos. En una sentencia, el Alto Tribunal desestima el recurso de casación interpuesto por la condenada, Verónica Elisabeth P.M., contra la sentencia que dictó la Audiencia madrileña en diciembre de 2010. Esta resolución le impuso 29 años de cárcel por un delito de asesinato, de homicidio en grado de tentativa y dos delitos de robo con violencia. La procesada empleaba el llamado 'Beso del Sueño' para cometer sus robos. Esta mecánica consiste en echar un fármaco en la copa de una persona para sedarle y perder de este modo su resistencia a un ataque. En la vista oral, que se celebró en octubre de 2010, la procesada reconoció que empleaba el método del 'Beso del Sueño' para robar a sus víctimas en sus domicilios, si bien aseguró que "nunca" tuvo intención de matar a ninguna de ellas. En la resolución, los magistrados recalcan que "el suministro de unas dosis de productos químicos, en cantidades muy superiores a las de un consumo curativo, realizadas con el propósito de procurar un estado de intoxicación, determinante de su anulación como persona, revela una intención de matar y de asumir los potenciales resultados que esta combinación pudiera producir, como efectivamente ocurrió". HECHOS PROBADOS En los hechos probados, que ahora confirma el Supremo, la Audiencia relataba que el 13 de marzo de 2009 la acusada contactó en una sala de fiestas con Juan Gil Rodríguez. "Haciéndose pasar por prostituta le acompañó a su domicilio y vertió en una copa clonacepam y doximalina, sustancias que deprimen el sistema nervioso y provocan un fracaso respiratorio agudo. Nada más beber la copa, Juan Gil Rodríguez quedó sin sentido, sufrió un edema agudo de pulmón y falleció", añade. La acusada aprovechó para registrar la vivienda y sustraer diferentes objetos, entre ellos, un teléfono móvil, un ordenador portátil, una cámara de fotos, una videoconsola, anillos, pulseras, collares y cadenas de oro y cerca de 10.000 euros en metálico. Algunos de los objetos sustraídos fueron encontrados en la vivienda de la procesada. Otro de los casos se produjo el 1 de mayo de ese mismo año, cuando la acusada, bajo nombre falso, contactó con otra víctima, Isidoro Mariano R.L. De idéntica manera, y a sabiendas de que muy probablemente la ingesta de clonazepam y doximalina iba a provocarle la muerte, le sirvió a Isidoro una copa de güisqui que contenía estas sustancias químicas. "Si Isidoro no falleció fue gracias al tratamiento médico que recibió, ya que cuando le encontraron los servicios sanitarios sufría una severa crisis cardiaca y respiratoria", agrega. También en esta ocasión la acusada registró y vació la vivienda de su víctima de los objetos de valor: relojes de marca, cámara de vídeo, cadenas y colgantes de oro, sortijas, teléfonos móviles, etc. En el momento de la detención, que tuvo lugar el 29 de mayo de 2009, se le intervinieron las sustancias que suministraba a las víctimas y efectos procedentes de los robos.

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