¿Cambiar de presidente o de Gobierno? Esa es la cuestión en la que andan metidos ahora los socialistas. Zapatero es partidario de hacer ahora una pequyeña remodelación de su gabinete, aprovechando que tiene que cambiar al ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, llamado por montilla para apoyarle en las elecciones catalanas: pero desde algunas esferas del PSOE con peso cualitativo más que cuantitativo se le están enviando al presidente continuas llamadas de atención de que el cambio tiene que ser mucho más drástico y llamativo, como relevar a los tres vicepresidentes, De la Vega, Elena Salgado y Manuel Chaves. O sino ir directamente a la cabeza y buscar un relevo a Zapatero. Todo ello, claro ésta, y eso es lo difícil, sin perder la unidad en el partido.
Los más de 14 puntos que las encuestas dan al PP sobre el PSOE si se celebraran las elecciones hoy se están convirtiendo en una verdadera losa para Zapatero que sigue insistiendo en que la situación es fácilmente reversible en cuanto mejore un poco la situación económica, cosa que algunos de sus ministros, como José blanco y Rubalcaba, ponen en en duda, ya que una cosa es que la crisis toque suelo y otra que se creen puestos de trabajo.
Personas tan cualificadas en el PSOE, como Felipe González, Joaquín Almunia, Peces Barba o Rodríguez Ibarra, que no tienen cargos de responsabilidad ni en la Administración ni en PSOE, consideran que el “talante” de ZP ya no sirve para convencer a los votantes y que hay que ir buscando la alternativa para antes de las elecciones de 2012, cosa que parece haber aceptado el propio presidente del gobierno que ya ha dicho que le dejen seguir haciendo las cosas a su manera hasta octubre de 2011 y que luego, a la vista de cómo estén las cosas en ese momento, decidirá. Mientras tanto cree que con un cambio de Gobierno, más o menos profundo, se puede arreglar.
Por el contrario, los presidentes de Comunidades autónomas y alcaldes más veteranos presionan para que el cambio del Gobierno en profundidad o el relevo del presidente del gobierno se produzca antes de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2011 so pena de poner en peligro varias Autonomías en las que ahora gobiernan los socialistas y un buen puñado de ayuntamientos grandes.. A la cabeza de estos “revisionistas” se encuentra el presidente andaluz, José Antonio Griñán, que quiere además que el Gobierno socialista abandone cualquier solución liberal y vuelva a las tesis socialdemócratas del estado del bienestar.
Las presiones para que se produzcan cambio en profundidad en el Gobierno se vana recrudecer a partir del 28 de noviembre si, como parece Montilla pierde las elecciones y echa la culpa de su derrota a Zapatero. Por el contrario, un milagro de última hora que salvara al PSC de la derrota total sería un salvavidas que daría correa al presidente del gobierno hasta las elecciones de mayo de 2011.