Se pronuncia sobre la nueva Ley por la que los progenitores deberán pagar las multas impuestas a sus hijos por botellón y grafitis
Jueves 02 de octubre de 2014
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha asegurado que cuando se responsabiliza a los padres de las acciones de sus hijos, las malas conductas de éstos en ámbitos públicos suelen remitir, y ha puesto como ejemplo el caso de la Kale Borroka. "Quiero recordar que cuando la Kale Borroka, se producían quemas de contenedores, de autobuses, violencia contra los bienes municipales... Cuando se responsabilizó a los padres de lo que hacían sus hijos, la Kale Borroka disminuyó de una manera drástica y en algunos casos, como en Navarra, desapareció", ha asegurado tras inaugurar un colegio en San Martín de la Vega. La dirigente regional se pronunciaba así un día después de que el Consejo de Gobierno diera luz verde a la Ley de Acompañamiento de los presupuestos regionales para 2011, en la que se recoge que los padres serán los responsables subsidiarios de las multas que impongan a sus hijos por participar en botellones o hacer grafitis. Aguirre ha querido dejar claro que estos dos aspectos se han incluido en la normativa "a petición del Ayuntamiento de Madrid y de otros ayuntamientos", ya que entiende que "la autonomía municipal es un principio fundamental y absolutamente básico". En este sentido, ha explicado que el Gobierno regional ha atendido esas peticiones y ha tomado tres resoluciones. La primera de ellas pasa por ceder a los ayuntamientos la competencia para multar a aquellos locales que vendan alcohol a menores o que ejerzan esta actividad fuera de hora, así como todas "aquellas contravenciones de la Ley de Drogodependencia de la Comunidad de Madrid". A su entender, son los ayuntamientos los que están "más próximos" al ciudadano y "saben mejor que nadie" cómo hay que imponer estas sanciones. Otro de los puntos de la Ley hace referencia a los grafitis y, en este sentido, se ha acordado que los padres sean los responsables subsidiarios de las acciones de sus hijos. "El centro de Madrid está en este momento absolutamente lleno de pintadas y de grafitis, que degradan y no contribuyen en absoluto a la mejora ni de la seguridad de los vecinos ni de la garantía para el vecindario para que el lugar de convivencia sea el mejor", ha precisado. Tras ello, ha indicado que, hasta ahora, "estos grafitis quedaban absolutamente impunes", razón por la que el Ayuntamiento de Madrid ha hecho una ordenanza según la cual se imponen sanciones por hacer 'pintadas'. No obstante, ha reconocido que "hay muchos ciudadanos menores de edad que no tienen ni capacidad ni solvencia para afrontar" estas multas, por lo que la Comunidad de Madrid "ha atendido a la petición de que sean los padres, como dice el artículo 1802 del Código Civil, los responsables de los daños causados por sus hijos", algo que considera "absolutamente fundamental". La tercera petición municipal que ha atendido el Ejecutivo autonómico se refiere a no hacer incompatible las sanciones por botellón con las multas por causar ruido. "La ordenanza de ruido prevé una serie de multas y no queremos considerar lo mismo la infracción de la bebida en la vía pública que la infracción de las molestias a los vecinos por transmitir a lo mejor más de 60 decibelios en horario nocturno que les impide el descanso", ha puntualizado.
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