La iniciativa del presidente del Gobierno y Secretario general del PSOE de resucitar la memoria del franquismo, en lugar de la memoria democrática que comenzó a instalarse apenas 48 horas más tarde, ya ha colocado al hijo del principal responsable del regreso de la Democracia en tiempo récord, en una delicada situación institucional. Si Felipe VI acude el próximo día ocho al primero de esos actos, estará apoyando la iniciativa de la izquierda; si nova se presentará su figura en sentido contrario. Una crisis entre el papel de la Monarquía y de la presidencia del Gobierno, que no debería haberse puesto en marcha de la forma en la que se ha hecho.