Reivindica al Grupo Quirón y acusa a Más Madrid de "desprestigiar" a los profesionales que "tanto están aportando" a la Sanidad
El presidente del PNV quiere dejar resuelto el problema de su sucesión antes de la Asamblea general del partido, que se celebrará a finales de marzo. Su candidato es el portavoz en Madrid, Aitor Esteban, quien ya ha dicho que para él “sería un honor presidir el partido” en el que milita desde siempre. Si Andoni Ortuzar consigue su objetivo, que es impedir que el ex-lendakari Iñigo Urkullu ocupe su cargo, lo anunciará en los tres próximos días. Tiene todo a su favor pero si ve las dificultades puede que de marcha atrás y se vuelva a presentar.
Todo suena a viejo en Cataluña y le importa muy poco a los millones de españoles que no viven en esa Autonomía. Suenan a viejo los discursos de los líderes de los partidos independentistas, suenan a viejo las claras intenciones de culpar a los rivales de los fallos de cada uno, suenan a viejo las peticiones de más dinero, más atribuciones, más derechos, más ventajas para Cataluña en base a una historia que, aseguran sus dirigentes nacionalistas desde Junts a la Cup, que hunde sus raíces en Wilfredo el Belloso, allá por finales del siglo VIII. A Cataluña, en estos últimos años democráticos se le ha permitido seguir jugando con ventaja respecto al resto de España, incluido el País Vasco y Navarra. Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, máximos exponentes del desacertado hoy al que se enfrenta ese territorio, han trasladado sus problemas personales a sus partidos y quieren resolverlos a costa de convertirlos en los problemas de todos. Egoísmo disfrazado de historia.
Sin centro político en España, el PP de Alberto Núñez Feijóo logra que a sus trece diputados europeos de 2019 se sumen los ocho que logró Ciudadanos. La desaparición del partido que fundó Albert Rivera le ha venido muy bien a la derecha. Presumirá con razón el político gallego de su nueva victoria frente a Pedro Sánchez, pero la victoria contundente que esperaba no se ha producido. Apenas un punto y medio de diferencia en el porcentaje total de votos entre los resultados de julio pasado en los comicios generales, y los de este domingo. Ambos líderes se mostrarán contentos y mantendrán sus posiciones.
Cree que Sánchez cada vez se parece más a "un meme de un presidente de una república bananera"
Naciera en el País Vasco o en otro lugar de España el mus (musu) es un juego de parejas que se basa tanto en las cuatro cartas que recibe inicialmente cada uno de los contrincantes como en la evolución de los lances. Términos como grande, chica, pares, juego, envite y órdago. Carles Puigdemont necesita como pareja de juego a Oriol Junqueras, pero no parece que a éste le guste nada esa idea. Laia Estrada no le soluciona su problema y si desde ERC aceptan ser compañeros de partida con Salvador Illa, los puntos finales los jugarán frente a Alberto Núñez Feijóo, representado por el duro Alejandro Fernández y Dolors Montserrat; y Santiago Abascal, con Ignacio Garriga sentado a la mesa.
Desde su “exilio” en lo que llama la Cataluña Norte, el ex president justifica la derrota del independentismo en dos motivos, la abstención y la división que representan tanto la ERC como la Cup. Su crítica al españolismo, con el PSC a la cabeza, unido a las palabras de Pere Aragonés de “ pasar” a la oposición, colocan al futuro de Pedro Sánchez y su Gobierno en dificultades. Si llevan sus amenazas al Congreso la actual Legislatura estará muy debilitada.
El presidente del Gobierno de España puede respirar tranquilo por unos días. No va a necesitar respiración asistida como sería si fuera Bildu el partido ganador. Mantendrá el inestable equilibrio político del que goza en el Congreso de los Diputados con ayuda del PNV y le ofrecerá a los “jetzales” la misma contrapartida en Vitoria. Por menos de 30.000 votos y con los mismos escaños en el Parlamento que Bildu, el Partido Nacionalista Vasco, con Imanol Pradales como candidato seguirá mandando desde la capital alavesa. Necesitará al PSOE para reeditar el pacto que les une en sus dos realidades, la vasca y la española. Intereses comunes que tanto Pedro Sánchez como Andoni Ortuzar buscarán rentabilizar al máximo a la espera de lo que ocurra en Cataluña.
Seis partidos políticos representados en el Parlamento vasco desde 2020 de los que votan sólo dos aspiran a gobernar. Los dos son nacionalistas y mientras uno, el PNV, se declara tímidamente independentista, el otro, Bildu, afirma una y otra vez que quiere llegar a la independencia por medios legales. Uno y otro reivindican un futuro “estado vasco “ en el que se incluya Navarra. El resto de las formaciones, muy a su pesar, son compañeros para la formación del futuro gobierno que salga de las elecciones del próximo domingo.
Si el presidente del PP quiere convertirse en presidente del Gobierno sólo tiene un camino: lograr la mayoría absoluta en unas elecciones generales. Lo consiguió José María Aznar y lo logró Mariano Rajoy. Esa es la esperanza de la derecha a nivel nacional. Sin esos 176 escaños en el Congreso conseguidos por sí mismo, el Partido Popular se encuentra con dos agujeros negros que le penalizan en su objetivo de gobernar en España. Euskadi y Cataluña tienen sus propias derechas nacionalistas, cada vez más alejadas de suscribir pactos de Legislatura con los populares. El independentismo se ha convertido en una línea roja que opera en los dos sentidos y, como veremos veremos en abril y mayo, cierra las aspiraciones de Núñez Feijóo para sentarse en el palacio de La Moncloa.
Si la candidata del Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, consigue arrebatar al Partido Popular el Gobierno de la Xunta, con la imprescindible ayuda del PSG, se lo deberá en primer lugar al líder sindical Paulo Carril Vázquezque, dirige como Secretario General la Confederación Intersindical Galega desde el 28 de mayo de 2017 durante la celebración de su VII Congreso. Es la auténtica fuerza social del nacionalismo gallego, con más militantes y más representación en todos los sectores industriales que la Comisiones Obreras del vasco Unai Sordo y la UGT del asturiano Pepe Alvarez.
El 13 de febrero será el último día en el que se puedan publicar encuestas en los medios de comunicación sobre las elecciones gallegas. Siempre se podrán publicar en algún medio andorrrano y recoger los resultados como una crónica de opinión. Y, desde luego, seguirán haciéndose en privado para uso de los partidos políticos, tanto para el que ahora detenta el poder, el PP de Alfonso Rueda, como para las cuatro formaciones de izquierda que desean quitárselo, ya se llamen BNG, PSG, Sumar o Podemos.
La vicepresidenta cuarta afirma que esgrimen "una supuesta deslegitimación del Estado democrático"
La representación oficial del pacto entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz tenía mucho de teatral y poco de política. Pensar que el líder del PSOE y presidente en funciones y la líder de Sumar ( que no de Podemos ) y vicepresidenta empeñada en que cada una de sus intervenciones públicas trasladen más a sus oyentes sus evidentes carencias formativas, iban a avanzar en el laborioso pacto de investidura que debería celebrarse a mediados de noviembre, era y sigue siendo una pesadilla en la que, en el centro de la misma, aparecen cogidos de la mano los nacionalistas catalanes y vascos.
El cumpleaños constitucional ha servido para ver de nuevo que nuestra Carta Magna no recibe el reconocimiento que merece, y que los dirigentes políticos están más preocupados por su futuro personal que por todo lo que signifique unidad de acción, tanto hacia dentro de España y su articulación territorial a varios niveles, desde el fiscal al educativo, como hacia el exterior en cuanto a defender las mismas posiciones en la candidatura de Nadia Calviño como presidenta del BEI, que sería una muy buena noticia para este país, al margen de las tendencias partidistas. La misma situación de irresponsabilidad se debe aplicar a las posturas sobre las guerras de Ucrania y de Palestina.
Una motosierra en las manos, tres palabras repetidas ml veces: “la libertad, carajo”, unas largas patillas y sin vida política a sus espaldas son las claves que han llevado a Javier Milei para ganar las elecciones con un 56% de los votos frente al 44% de su rival peronista. Se inventó un partido hace apenas cinco meses y ha roto por completo el bipartidismo que se ha repartido el poder en Argentina desde la caída de los militares que dieron el golpe de estado.
Ya sabemos que con los 178 votos que recibió en su elección como presidenta del Congreso y la mayoría de seis a cuatro que ostenta la izquierda del PSOE y Sumar frente al PP, Francina Armengol va a permitir que en la sesión de investidura del futuro presidente del Gobierno, sea quien sea el candidato, las intervenciones de los portavoces se hagan en castellano, en catalán, en euskera y en gallego. Hasta es muy posible que se hable en valenciano, en el bable asturiano, en la fabla aragonesa y, abierto el portón hasta en el castuero extremeño. Ninguno querrá ser menos que el que tiene al lado.
Los gozos y las sombras de dos comunistas del ayer, que mueren como apóstoles de las derechas, son la mejor necrológica que se puede publicar en esta semana en la que la Familia Real asiste al más eficaz de los sermones religiosos que se le ocurrió a un párroco de 27 años, llamado Luís Lezama en 1963, recien llegado al madrileño pueblo de Chinchón. La Pasión de Cristo interpretada por los vecinos. Las vidas de Fernando Sánchez Dragó y Josep Piqué Camps son dos grandes ejemplos de la España de hoy. Bien estaría que la Princesa de Asturias se interesada por las vidas de los dos como si de una lección de historia se tratara.
Se conoce muy poco de las pasiones literarias de Pedro Sánchez, es verdad. Sí se conocen y mucho sus pasiones políticas. Y si mezclamos las dos puede que, para sorpresa de muchos y confirmación para unos pocos, nos encontremos con un médico nacido en San Sebastián a finales del siglo XIX y que fuese a morir en Madrid a mediados del XX. Se llamó Pio Baroja y en 1910 escribió la primera de las tres que componen su trilogía sobre las ciudades. La título “Cesar o nada”y su protagonista encaja como un guante en nuestro presidente del Gobierno.
No son muchos sus votos, ni los escaños que consigue en el Congreso de los Diputados, apenas seis durante los últimos cuarenta años, pero el PNV de hoy, con Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar, al igual qu el de ayer con Xabier Arzalluz y Carlos Garaicoechea, es uno de los partidos indispensables para la estabilidad de España y para muchos de los gobiernos de la Democracia. Son capaces de moverse con enorme rapidez para poner y quitar a presidentes y siempre conseguir unos buenos réditos económicos. Más que cartas lo que utilizan son hojas de cálculo.
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En esta especie de Casino Royal en el que se ha convertido la vida pública española, desde la aprobación del super decreto “Ómnibus” a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025, las negociaciones para que el Gobierno consiga vencer, por 176 votos al menos a ese nuevo acuerdo enre las derechas españolistas de Feijóo y Abascal, y la derecha independentista de Puigdemont, se parecen a una parodia del final estruendoso de las tragaperras escupiendo millones de dólares en la tercera parte del “remake” que rodó Steven Sonderberg entre 2001 y 2007. Solo hay que cambiar a Geoerge Clooney por Pedro Sánchez, algo difícil pero la imaginación no tiene límites.
El presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y el presidente del Tribunal Constitucional primero fueron fiscales y luego jueces. Manuel Marchena es diez años más joven que Cándido Conde-Pumpido pero tendrá que dejar su puesto en el próximo septiembre mientras que su “adversario” tiene otros dos años por delante al frente del máximo órgano judicial encargado de velar por el cumplimiento de la Constitución. Uno y otro se han ganado su fama jurídica por méritos propios y su fama social por el empeño de los dos grandes partidos, que intentan utilizarlos en la lucha política interpretando cada una de sus decisiones de la forma que mejor encaja a sus intereses electorales.
Si las ocho formaciones políticas que otorgaron su voto a Pedro Sánchez el 16 de noviembre de 2023 para que se convirtiera en presidente del Gobierno no lo hubieran hecho hoy no estaríamos como estamos. Esos 1. 329. 334 votos que lograron en las urnas el PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y CC, traducidos en 179 escaños en el Congreso permitieron que el candidato socialista continuara en el palacio de La Moncloa. Tardaron 146 días en negociar los apoyos, los que van del 23 de julio a ese jueves 16 de noviembre, casi cuatro meses en los que las calles de España se llenaron de manifestaciones convocadas por el PP y Vox en contra de la amnistía, con Alberto Núñez Feijóo reclamando que debía ser él quien ocupara la presidencia del Gobierno o que, al menos, se repitieran las elecciones.
Pasa el tiempo y los errores que cometió el entonces presidente de la Generalitat, Artur Más sigue persiguiendo a los actuales dirigentes del nacionalismo catalán, tanto a Puigdemont como a Junqueras y al resto de políticos que intentaron seguir el sendero que había marcado el hombre que había sucedido a Jordi Pujol al frente del Gobierno autonómico.
Tilda de "despropósito" que la Comunidad haya recurrido el plan hidrológico del Tajo alegando que pone en peligro el abastecimiento de siete millones de madrileños. El Ejecutivo madrileño responde sacando pecho de su gestión del agua
El independentismo catalán pierde su batalla en las urnas por primera vez en 40 años. Es lo más importante para el resto de España y un problema para el futuro de Carles Puigdemont y de Oriol Junqueras. El triunfo del socialista Salvador Illa es mayor del que el propio PSC esperaba, al igual que es mucho mayor la subida del PP de Alejandro Fernández de lo que creía la plana mayor del partido. Pedro Sánchez puede tener un problema en el Congreso de los Diputados mientras que Alberto Núñez Feijóo se acerca un poco más al palacio de La Moncloa.
Estaban ahí, agazapadas, emergiendo poco a poco, la España de las dos Españas, esa España bicolor que creíamos enterrada bajo el esfuerzo de concordia que supuso la Constitución de 1978, una Constitución mejorable como toda obra humana pero cuyos principios se han ido alterando poco a poco, con machacona insistencia por parte de los distintos Gobiernos - central y autonómicos - que durante 46 años la han deformado hasta hacerla irreconocible en su parte fundamental: dejar a los españoles que sean libres para vivir. Algo tan fácil de entender como complejo de cumplir.
En las elecciones autonómicas de 2020 la mitad de los vascos que tenían derecho a votar se quedaron en casa. Cuatro años antes acudieron a las urnas un diez por ciento más. Este próximo 21 de abril veremos si sube o baja el porcentaje del evidente desencanto electoral de los ciudadanos de Euskadi por su propio gobierno. Sumemos a esa realidad matemática la desigualdad que existe entre las tres provincias a la hora de lograr un escaño en el Parlamento autonómico: en Alava se consigue un asiento con cinco mil votos, en Guipúzcoa se necesitan diez mil y en Vizcaya dieciséis mil. Es otra de las incongruencias que tienen las leyes electorales en España. No todos los votos son iguales.
Demostrada su habilidad para gobernar durante seis años con apenas 120 escaños en el Congreso, Pedro Sánchez tendrá que recurrir a su mejor versión como mago de las matemáticas parlamentarias si quiere que la actual Legislatura dure hasta mediados de 2027. Los 25 escaños que pertenecen a los catalanes de ERC y de Junts y a los vascos de Bildu y del PNV mantienen la mayoría absoluta actual pero las elecciones vascas y catalanes van a obligar al presidente del Gobierno a elegir entre unos y otros. Siempre con las dudas de si su vicepresidenta segunda es capaz de mantener bajo su autoridad los 27 asientos que representan a Sumar.
Cinco socialistas reunidos a comer en Toledo para hablar de sus cosas y de su partido no debería ocupar titulares nacionales como si de una conspiración se tratara, pero lo ha hecho. El presidente de Castilla La Mancha y tres de sus colaboradores más cercanos se han sentado en uno de sus restaurantes históricos de la antigua ciudad imperial con Felipe González. Es el ex presidente del Gobierno de España y ex Secretario General del PSOE el que coloca la comida en el terreno de los pronunciamientos internos del partido. La comida se convierte en una declaración contra Pedro Sánchez, sin que exista declaración alguna. Es un mensaje entre dos generaciones de socialistas en contra del poder al que eligieron hace siete años.
Cree que hablar de comunidades que aportan y reciben fondos es comprar el discurso al nacionalismo: "aportan personas y empresas"
Si los resultados de las elecciones generales del pasado mes de julio en Galicia se repiten el Partido Popular ganará con comodidad el próximo 18 de febrero y Alfonso Rueda seguirá de presidente de la Xunta. Si en lugar de la participación que hubo en los comicios para elegir parlamentarios en el Congreso se repitiera la abstención que hubo en 2020 para las elecciones al Parlamento gallego todo podría cambiar. Esto último es la esperanza que tienen Ana Pontón desde el BNG y José Ramón Gómez Besteiro desde el PSG. La participación es crucial, al igual ue lo serán los votos de los 300.000 gallegos que viven en el extranjero.
Asegura también que el presidente del Gobierno ha comprado "con el dinero de todos" las elecciones catalanes tras las cesiones que ha realizado estos meses a las formaciones independentistas, con la condonación de la deuda o la negociación de la financiación
Los cuchillos electorales ya vuelan sobre Galicia. Hace cuatro años el Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo como candidato a la Xunta sacó más votos que sus tres adversarios de la Izquierda juntos. 627.762 papeletas frente a 616.470. Cuarenta y dos escaños frente a 33 asientos en el Parlamento autonómico. Cuarta victoria por mayoría absoluta, igualando lo conseguido por Manuel Fraga. La herencia que ha recibido Alfonso Rueda, el actual presidente, que puede adelantar la cita con las urnas al mes de febrero. Las pesadillas de los contendientes están aseguradas.
Cristina Cifuentes, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón, y Joaquín Leguina volverán a tomar la palabra en la Asamblea de Madrid, invitación de la que han sido excluidos Angel Garrido e Ignacio González
La Asamblea ha aparcado las discrepancias para la celebración, aunque Aguirre ha dado la nota discordante al cargar contra las "alianzas" de los "seculares enemigos de la concordia" en su intervención
Sin el apoyo constante de su gran “padrino” la vicepresidenta en funciones y líder de ese partido recién nacido que es Sumar no podría hacer frente a sus antiguas compañeras de Podemos. Yolanda Díaz necesita más que nunca a Pedro Sánchez y éste, a su vez, es consciente que el papel de negociador e intermediario co el nacionalismo vasco y catalán que hacia Pablo Iglesias no lo puede hacer la que a sí misma se ve como la auténtica reina roja de la izquierda patria. Pablo la quiso utilizar, al igual que está haciendo con Ione, Irene y Lilith. Pedro, más pronto que tarde, tendrá que prescindir de sus servicios. Es la ley de la selva, la que rige dentro de las manada.
La misma izquierda que el 15 de mayo de 2011 ocupó las calles y sirvió, con sus protestas, que el PSOE de José Luís Rodríguez Zapatero perdiera las elecciones generales que se celebraron cinco meses más tarde, puede que consiga lo mismo en este 2023. Ahora está dividida como entonces, el pequeño grupo de dirigentes universitarios que se convirtió en su "representante" se rompió por las ambiciones internas, pero logró lo que parecía imposible de conseguir en la España que zozobraba en mitad de la mayor crisis del capitalismo desde hacia cien años, llegar al poder con una Vicepresidencia y cuatro Ministerios en el Gobierno de España.
Hace cinco años que el líder de Podemos dejó las musas para estar en el teatro. El deseo de Pablo Iglesias era imponer su criterio y su liderazgo único bajo las dos presiones de aquellos tiempos, advertencias que lanzó a los suyos, sobre todo a Iñigo Errejón y los que luego fundaron Más Madrid: nada de triunviratos ni de alternativas o me marcho. Tras la derrota de las elecciones autonómicas en Madrid terminó marchándose y dejó a otro triunvirato, esta vez femenino, que ha terminado como el que él mismo derribó.
¿Puede un pueblo con tres habitantes tener alcalde?. Si contesta que no, se equivocará. Puede, y de hecho lo tiene. Es más, el cargo lo tienen en “ propiedad” desde las primeras elecciones municipales de la Democracia una familia, los Renilla, que son del Partido Popular. El pueblo se llama Ilán de Vacas y está en la provincia de Toledo. El pasado diciembre, el último representante de la familia, que vive en Madrid pero con sus negocios en Majadahonda, se acercó a la capital a pedirle a José Luís Martínez Almeida que le ayudara. El alcalde de la capital le dijo que sí. Se marchó con sus quejas contra la Junta de Emiliano García Page y en esas estamos a la espera del 28 de mayo.
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