De hecho, en las de 2008 volvieron a entrar en el Congreso Juan Antonio Barrio de Penagos – que ocupó el lugar de Lissavetzky, nombrado secretario de Estado para el Deporte- y Manuel de la Rocha, por Madrid, además de José Antonio Pérez Tapias, por Granada. Una cuota que no está nada mal si se tiene en cuenta los ‘codazos’ que hay para entrar en las candidaturas. En el PSOE justificaron tanta generosidad explicando que De la Rocha entraba en representación de UGT, una tradición que viene de antiguo en el partido.
Sin embargo, los dos diputados madrileños no pueden presumir de tener un abultado balance de iniciativas parlamentarias. En esta legislatura Barrio de Penagos, que es vicepresidente de la Comisión de Presupuestos y vocal de las Comisiones para la Unión Europea, Constitucional, y del Defensor del Pueblo, ha realizado una pregunta oral en Comisión y dos escritas al Gobierno, aparte de trabajar en la ponencia sobre aplicación en España de la Estrategia de Lisboa.
Por su parte, De la Rocha, que es portavoz adjunto de la Comisión de Trabajo e inmigración y social, y vocal de tres importantes Comisiones como son la Constitucional, la de Justicia y la del Pacto de Toledo, tiene en su haber tan solo dos iniciativas parlamentarias, una pregunta oral y otra escrita al Gobierno. En este tiempo también ha sido ponente de la ley de reforma de Sociedades Mercantiles y de dos modificaciones legislativas para la implantación de la Oficina Judicial, lo que le presupone algo más de trabajo.
A pesar de su bajo rendimiento, los dos logran destacar dentro del grupo por sus posturas ‘díscolas’ que en determinados momentos les ha costado sus buenas multas por romper la disciplina de voto. Un ejemplo, cuando Barrio de Penagos votó a favor de una moción de ICV en la que se pedía la reprobación del ex director de la Oficina Económica del Gobierno, David Taguas, tras su nombramiento como presidente de Seopan. El diputado alegó luego que se trató de “un error”, pero no se lo tragó nadie.
Meses después, los dos volvieron a dar qué hablar al secundar las movilizaciones contra la reforma del sistema de pensiones convocadas por UGT y CCOO.
Desde que estalló la crisis, tanto uno como otro suelen intervenir en las reuniones del grupo para reclamar al Gobierno políticas más de ‘izquierdas’, como hacían antaño los ‘guerristas’, un sector del PSOE muerto por inanición. En vísperas del pleno en el que se aprobó el ‘decretazo’ dieron un aviso a Zapatero pidiendo que las medidas fueran acompañadas de “una reforma fiscal progresiva y más equitativa” con subida de impuestos a los ‘ricos’ y la regulación de los mercados financieros. Al portavoz, José Antonio Alonso, se le encendió la alarma. ¿Y si a estos les da por volver a las andadas?, debió pensar, aterrorizado. Pero no. Los 169 diputados socialistas votaron a favor del ‘decretazo’. Barrios y De la Rocha con la nariz tapada, pero lo hicieron.
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