Las dificultades de Pedro Sánchez para llevar adelante la Legislatura son evidentes y están en aumento. Lo son dentro del Gobierno por la cada vez mayor distancia entre los dos socios en los temas laborales y de inmigración; lo son dentro del PSOE, con el Congreso Federal a la vuelta de la esquina, por las concesiones fiscales a Cataluña; lo son frente a una oposición que le dispara cada día con todas las armas políticas y judiciales que tiene a su alcance; y para rematar y de forma opresiva le aparece la negativa de la nueva presidenta de México a que a su toma de posesión vaya el Rey Felipe, una posición fuera de toda lógica en las relaciones de España con Iberoamérica y que ha obligado al Gobierno a no enviar a ningún representante oficial. No se sabe si acudirá José Luís Rodríguez Zapatero, en su condición de líder del Grupo de Puebla, que lo mismo está en Venezuela celebrando el “triunfo” de Nicolás Maduro, que desde China organizando la salida de Edmundo González a su obligado exilio en nuestro país.
Sin la aprobación del techo de gasto, que hoy por hoy y ante la negativa del Partido Popular de apoyarlo en el Congreso, los Presupuestos no pueden salir adelante, al igual que no llegarán los 12.000 millones de euros que Europa debe enviar a España y que se repartirían entre las 17 Comunidades Autónomas. Un paso más: sin Presupuestos es casi imposible que la Legislatura pueda superar el año 2025. Su pueden prorrogar los actuales pero no por dos años. Ni la economía nacional puede, por mucho que defiendan esa posibilidad los ministros más implicados como son los de Hacienda y Economía, ni Europa dejaría que pasara dentro de los propios Presupuestos de la UE, con la alemana Von der Leyen al frente de la renovada Comisión.
El ex presidente catalán, que también puede entorpecer el Gobierno de la Generalitat de Salvador Illa y sus acuerdos con ERC, ese un estorbo para la estabilidad del Estado. Ni Jordi Pujol y Josep Antoni Durán Lleida con los 20 escaños que tuvo CiU en el Congreso lograron tanto. Es lógico que María Jesús Montero se altere por los cambios continuos que tiene que realizar, incluso en su doble condición de números dos dentro del Gabinete y dentro del PSOE. Todo ello sin sumar a las incertidumbres el lento pero implacable avance de los sumarios judiciales que tiene en su mano el juez Peinado, hasta ahora apoyado en todas sus actuaciones por la Audiencia Provincial de Madrid, en contra, incluso, de la Fiscalía General del Estadio, hasta llegar a los problemas que han surgido en el Tribunal Constitucional con la presencia o no de dos de sus miembros, Macias y Campo, en la votación del Pleno del mismo sobre la amnistía en Cataluña.
