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Begoña decide aguantar
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Begoña decide aguantar

Por Rafael Gómez Parra
Si atendemos únicamente al texto del discurso del presidente del Gobierno español, donde anunció que iba a seguir en La Moncloa, tendremos que colegir que tras los cinco días de retiro espiritual junto a su mujer, ambos han decidido sacrificarse en aras del poder y que, en definitiva, Begoña Gómez ha transmitido a su esposo que está dispuesta a aguantar, por ahora, todo lo que se le viene encima.

Todo el discurso de Sánchez, igual que la carta de dimisión aplazada que lanzó el miércoles anterior, se fundamentan en el perjuicio personal que el ejercicio del poder y las batallas políticas inherentes, estaban causando en su matrimonio. Todo ello al margen de se pueda o no creer en la sinceridad o en la hipocresía que se pueda achacar a un presidente que ha manejado los hilos de ese poder con criterios más posibilistas que de principios morales.

También cuando apeló a los problemas que le produciría tener a Pablo Iglesias en su Gobierno – “no podría dormir tranquilo- apeló a sus sentimientos para luego aceptar sin reparos un acuerdo necesario ,para poder seguir gobernando desde la Moncloa. Si en lo personal se muestra vulnerable, en lo político se le ve como insensible, por lo que es difícil discernir cual va a ser reacción en cada momento.

Su principal aliado, Pere Aragonès ha hecho alusión a la sobre actuación del Sánchez sentimental, mientras en el PP que esperaban otra gran maniobra sanchista –una moción de confianza o incluso una convocatoria de elecciones anticipadas- que les hubiera vuelto a dejar descolocados han respirado tranquilos, incluso dicen que con una carcajada general al ver que todo se queda en una promesa de debate general sobre la conducta política en una democracia sana.

Digan lo que digan en sus discursos para la galería, tanto la oposición de derechas como sus aliados de izquierda y los independentistas .de derechas y de izquierda- se sienten aliviados y hasta agradecidos de que todo haya quedado en nada. Seguiremos haciendo conjeturas pero todo ha quedado en que Sánchez se ha tomado cinco días de vacaciones y la “anécdota” se incorporará a su manual de resistencia como una historieta más de su paso por La Moncloa.

Sus apelaciones a la sociedad para que le ayuden a regenerar la vida política de este país no es más que un brindis al sol si desde el ejecutivo no se activan medidas coercitivas concretas como las que teme Isabel Díaz Ayuso anunciando como es habitual en ella una campaña directa contra jueces y periodistas. Pensar que cada vez que el presidente se sienta atacado o acosado en Internet o en los tribunales va a salir la gente a la calle es una ilusión. Todas las manifestaciones de su partido han impresionado poco a Sánchez por lo que se ve en su discurso con una simple alusión, de pasada, de agradecimiento al PSOE, sin más.