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Viva el liberalismo, el estado es nuestro

jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
La doble presidenta de Madrid reina sin complejos en el Congreso de su partido y se permite la máxima integración con aquellos que la complementan. Esperanza Aguirre se muestra tan fuerte como paciente ante las medidas del gobierno de Mariano Rajoy, que no han hecho mella en un cónclave pensado de principio a fin para cantar las glorias de los que mandan y esconder las vergüenzas de los recortes, las subidas de impuestos y los seis millones de parados que se avecinan.
Viva el liberalismo, el estado es nuestro
La culpa, como no podía ser de otra manera en palabras de la vicepresidenta Santamaría, es de los socialistas, esos a los que tendría que dar vergüenza salir a la calle por la herencia que han dejado. Un mensaje duro y directo que pretende abrir una brecha en el futuro inmediato, un espacio inhóspito en el que los que nos gobernaron y los que nos gobiernan se van a encontrar con Bruselas y Angela Merkel, por mas que esta se esté poniendo la venda antes que desde Francia le hagan la primera herida. La presidenta alemana habla de reactivación mientras que nuestra madrileña habla y vuelve a halar de liberalismo. Un liberalismo español tan curioso como para apelar a papa estado cuando las cosas del mercado se ponen feas. Claro que, para no entrar en contradicciones se privatiza el estado y se acabaron los complejos. Toda la sanidad valenciana ya lo ha hecho pero la culpa, también,,la tienen los socialistas por incapaces de ofrecer una autentica alternativa, ni en la costa, ni en el centro.

El Congreso regional del PP ha hablado poco de Madrid y de sus problemas, y mucho de lo nacional, que para eso la Comunidad es la que mas aporta en todo, desde el PIB a la solidaridad. Tanto un confiado Ignacio Gonzalez como un resucitado Antonio Beteta se han encargado de gritarlo a los curo vientos. España es Madrid y Madrid es España, ahora que Aguirre quiere devolver competencias al estado por la imposibilitada de mantener a flote las infraestructuras educacionales y sanitarias.

Es el mal de nuestro tiempo, nos sobra de todo, desde Ayuntamientos a Campos de futbol y orquestas municipales. Hay que cortar y recortar y los dos mil quinientos compromisarios que asisten a la fiesta popular de Esperanza Aguirre y sus fieles guerreros callan y otorgan aunque en sus municipios la deuda ahogue las supera zas de millones de ciudadanos. La culpa, por supuesto, de los socialistas. Pero! ¿ Qué hacemos cuando son los mismos los que gobiernan y los que critican?.

De todo lo dicho dentro y fuera de las tribunas me quedo con una de esas propuestas que no saldrán adelante pero que merece la pena escucharlas y debatirlas, por si acaso no acierto y aparece el milagro. Es del alcalde de Getafe, Juan Soler: que los parlamentarios dejen de cobrar y solo lo hagan por las asistencias y el trabajo real en comisiones.