El Defensor del Menor alerta de que la edad de incorporación a las bandas juveniles se sitúa entre los 12 y 15 años

Arturo Canalda también alerta del "creciente" fenómeno del "ciberacoso" y constata un "paulatino descenso" en el consumo de drogas pero aumenta el botellón

jueves 02 de octubre de 2014, 12:47h
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid alerta en su informe relativo a 2010 de que "tiende a reducirse" la edad de incorporación a las bandas juveniles, que ahora se sitúa entre los 12 y 15 años. En su informe, el Defensor dice que en los últimos años han surgido "nuevas formas de violencia juvenil" como la ejercida sobre los padres; el acoso en las escuelas, el uso de las nuevas tecnologías para la comisión de delitos, o la de la ejercida en grupo. El perfil del miembro de una banda juvenil es el de una persona entre 12 y 15 años, y éstas son también "las edades más habituales" de incorporación. Entre los rasgos fundamentales destaca la desestructuración familiar, los problemas de integración en los colegios y el alto absentismo con cuadros de fracaso escolar. También se enfrentan a problemas de integración en los barrios, de manera que la banda se convierte en una forma de encontrar un entorno donde sentirse seguro y protegido, se sienten marginados o despreciados por el resto de la sociedad y ensalzan el orgullo latino como fórmula de reafirmación frente al resto de la sociedad. También les caracterizan los valores aprendidos en sus sociedades de origen que a veces no se corresponden con los usos de la cultura de la Comunidad, sobre todo, lo que se refiere al uso de la violencia como forma de resolución de conflictos. Suelen ir armados y son violentos. Las entradas y salidas de los colegios son un punto habitual de captación de adeptos, y predominan los delitos de lesiones, pese a que aparecen también los homicidios, robos con intimidación y amenazas. "Hay una cifra negra de extorsiones, lesiones y coacciones que se producen entre ellos, que no son denunciados, y por lo tanto, desconocidos", añade. El único expediente tramitado el año pasado relativo a esta materia se incoó a partir de un correo electrónico remitido por el padre de una menor de 16 años que trasladaba su preocupación por la relación que su hija mantenía con un grupo de corte supuestamente paramilitar denominado 'Poland First to Fight' dirigido por el hermano de su exmujer. En el informe, Arturo Canalda también muestra su "preocupación singular" por el 'ciberacoso', "fenómeno creciente entre los adolescentes". En materia de Nuevas Tecnologías, durante el año pasado, algunas de las propuestas y recomendaciones del Defensor se vieron plasmadas en la última modificación del Código Penal, como la tipificación como delito del llamado 'grooming', conducta consistente en la proposición intencionada de un adulto dirigida a reunirse con un menor de edad con el fin, bien de mantener relaciones sexuales, bien de llevar a cabo actos de producción de pornografía infantil. El Defensor considera igualmente necesario tipificar penalmente la apología de la pederastia, entendida como producir y divulgar textos, relatos u obras gráficas que de forma explícita enaltezcan conductas que ya tiene la consideración de delitos contra la libertad e indemnidad sexual de las personas menores de edad. Por último, Canalda constata en su Informa Anual un "paulatino descenso" en el consumo de drogas, especialmente de cocaína y éxtasis entre los menores madrileños pero hace una "mención especial" respecto al botellón. El Defensor del Menor explica que las drogas más habituales entre los niños de entre 14 y 18 años son el alcohol, el tabaco, el cannabis, los tranquilizantes o las pastillas para dormir. El resto de sustancias son minoritarias. También ha puesto de manifiesto que ha habido una "reducción importante del consumo de cocaína y éxtasis, un ligero descenso de sustancias inhalables y una estabilización del consumo de alcohol, tabaco, cannabis, anfetaminas, alucinógenos y heroína" que contrasta con el "aumento importante de tranquilizantes o pastillas para dormir". La sustancia más temprana en consumir es el tabaco, el alcohol y los inhalables (entre los 13 y los 14 años). Les siguen la heroína, los tranquilizantes y el cannabis (14,5 años) y el éxtasis, cocaína, alucinógenos y anfetaminas, que se empiezan a consumir a partir de los 15,5 años. Los chicos consumen mucho más todas las drogas ilegales que las chicas, mientras que con el alcohol y los tranquilizantes sucede lo contrario. La mayor extensión en el consumo de alcohol, tabaco y cannabis se produce entre los 14 y 15 años, mientras que en el caso de la cocaína se produce en los 17 y 18 años. El cannabis es la droga ilegal más consumida con bastante diferencia de las demás, seguido de la cocaína, cuyo consumo es más esporádico. La droga ilegal más extendida es la heroína. BOTELLÓN El Defensor hace una especial mención al fenómeno del 'botellón'. Dice que, a los 18 años, el 75 por ciento de los jóvenes es consumidor mensual y el consumo de concentra en los fines de semana. El porcentaje mayor de consumo se produce en lugares abiertos con un 65,3 por ciento. "Es preocupante que la mayor parte de la compra del alcohol se produce en supermercados (es la droga más fácil de conseguir) y un porcentaje alto manifiesta que ha ido como pasajero o conductor bajo los efectos del alcohol", expone. El Defensor sostiene que "el 'botellón' sigue generando muchos problemas para miles de madrileños". "Es problema, cada vez más popular por su facilidad de convocatoria, debe ser un objetivo fundamental de actuación para todas las instituciones estatales, autonómicas y locales", añade. No obstante, destaca el "interés mostrado tanto por la Comunidad de Madrid como por el Ayuntamiento para intentar paliar y eliminar, en loa medida, esta situación". En paralelo, esta Institución lleva años proponiendo que se lleven a cabo reformas procesales necesarias para emplear agentes encubiertos en la persecución de los delitos relacionados con la pornografía infantil, ya que facilitaría el acercamiento del investigador al ilícito penal, lo que permitiría su investigación "desde dentro". En cuanto a las páginas que incitan a la anorexia y la bulimia., el Defensor ha sugerido a varias empresas del sector que excluyan de sus páginas determinados contenidos. Igualmente, ha recomendado avanzar hacia una concreción jurídica sancionadora referida a la apología de ambas enfermedades.
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