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Políticos dos salsas

23/06/2010.- El pobre Montesquieu tuvo muy mala suerte, primero murió y luego lo mataron. Moraleja: no se puede inventar la separación de poderes para acabar viendo a los ministros en "La Noria" los sábados por la noche. La tendencia de los políticos españoles es cuánta más antena ocupen, mejor. Saben que sus discusiones parlamentarias son menos seguidas que los bostezos del león de La 2 (alguien debería pedir la jubilación para el rey de la selva puesto que lleva cuarenta años el mismo león amenizándonos las tardes de España).

Producto de esa paranoia comunicativa que les ha entrado es que no resulte extraño ver a Blanco, o a Bono, en un espacio del corazón que alterna a famosos en una isla. O a Esperanza Aguirre en "Sálvame" decir que el programa es más interesante que los telediarios, y luego debatiendo de manera insólita con el presentador. Uno creía haber visto todo en el parlamentarismo hasta que Esperanza Aguirre se cruzó unas palabras con Jorge Javier Vázquez que les tiene dicho a sus contertulios que no se vota al PP porque sale urticaria. Clausewitz era un antiguo, en realidad no es la guerra la continuación de la política por otros medios, son los programas rosas la prolongación de la política con anuncios de por medio. En breve aparecerá una Constitución comentada por Coto Matamoros y prólogo de Karmele, será un éxito en las librerías.

El remate del "tomate" ha sido la presentación del libro de la candidata popular en Cataluña, Alicia Sánchez Camacho. Estaba previsto que fuera María Dolores de Cospedal, pero como declinó a última hora allí que acudía Ana Rosa Quintana. Uno se pregunta si da igual una que otra, si fue idea de la autora, o de la editorial, o si ya se han mezclado tanto los papeles. Pudiera ser esta última cuestión y entonces la mancha de la estulticia se habría extendido por toda la sociedad como chapapote. De ahí que no extrañe que Belén Esteban actúe de ministra en la sombra, o que Pocholo y Ricardo Costa no sean la misma persona con distinta actividad (igual que Miguel Bosé hacía de juez y travelo en una película de Almodóvar). Primero fue mezclar información con publicidad, luego información con opinión y ahora política con programas rosas. Ha nacido el "político dos salsas" que tiene una versión de lunes a viernes con corbata y subida a la tribuna del hemiciclo, y luego la versión "light" de fin de semana en la que se muestran "colegís y enrollaos". Les acabaremos viendo pedir el voto a ritmo de rap y con la gorra puesta de lado. Como decía una pasajera del autobús a la que le había quitado la cartera con violencia: "¡es que ya no quedan delincuentes como los de antes!".




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